Birmingham. Tarik Jahan se esfuerza por contener las lágrimas. Siente rabia y dolor. El inmigrante de origen asiático está parado en medio de una calle del barrio Winson Green, en el suburbio más pobre y violento de Birminghan, rodeado de vecinos enfurecidos. Algunos quieren vengar la muerte de los tres jóvenes musulmanes que el miércoles fueron atropellados por un automóvil a alta velocidad mientras protegían sus propiedades de los saqueos que sacudían varias ciudades inglesas. De Jahan depende, en gran medida, si regresa la calma a la zona tras varias noches de fuertes disturbios o si vuelve a escalar la violencia. De momento, el ambiente es de tensa calma. La de la madrugada del viernes fue la segunda noche sin disturbios en Birmingham, sin embargo, cualquier nuevo acto de violencia puede encender la mecha.
"El que también quiera perder a un hijo que dé un paso al frente", dijo hombre de cabello gris, apenas unas horas después de ver cómo su hijo moría desangrado en sus brazos. Jahan sostenía una foto de su hijo, de cara sonriente y mirada vivaz. Haroon Jahan había cumplido 21 años. Murió junto a Shazad All, de 30 años, y Abdul Musavir, de 31. Los tres formaban parte de un grupo de hombres que protegía las tiendas, viviendas y una mezquita de los saqueos. Según testigos, un coche negro se dirigió a alta velocidad directamente hacia el grupo y los atropelló. Todos los ocupantes del vehículo eran afrocaribeños.
Más de tres cuartas partes de los 26.000 habitantes de Winson Green son de distintas minorías étnicas. Si bien la convivencia es, en general, pacífica entre asiáticos (paquistaníes, indios y bangladeshíes) y negros (africanos y descendientes de esclavos africanos que alguna vez fueron llevados al Caribe), también ha habido enfrentamientos violentos entre ambas comunidades en Birmingham; la última tuvo lugar en 2005 tras un rumor nunca confirmado sobre la violación de una adolescente negra. A sus 80 años, Clifton Stewart ha sido testigo de varios de estos incidentes desde que llegó a esta ciudad inglesa proveniente de Jamaica en 1960. Es uno de los primeros afrocaribeños que le expresó sus condolencias a las familias de las víctimas. Al igual que Stewart, también Jahan sabe que el peligro de un nueva escalada de la violencia es muy grande y que lo que se necesita es un claro mensaje de paz.
"He tratado de revivir a mi propio hijo. Mi cara estaba llena de sangre", relataba Tarik Jahan el trágico suceso, que el primer ministro británico, David Cameron, calificó en una rápida visita a Birmingham de "verdaderamente terrible". "Negros, asiáticos, blancos vivimos todos en el mismo barrio. ¿Por qué nos tenemos que matar entre nosotros?", agregó. Las personas que lo rodeaban comenzaron entonces a tranquilizarse. "Gente -exclamó-, no quiero ver más sufrimiento, no más heridos. Mi hijo murió, pero por eso no tiene que morir alguno de ustedes". "Mi hijo murió porque intentó defender a la comunidad en la que vivía. Somos parte de esta comunidad. Así que, por favor, regresen a sus casas", indicó. Nadie quiso contradecirle.
En los últimos días, Tarik Jahan ha recibido la visita de varios líderes de la comunidad negra. Todos saben que la paz en el barrio es frágil y se esfuerzan por mantener la calma. Los disturbios que han sacudido Inglaterra en los últimos días no han sido por cuestiones étnicas, sin embargo, hay una historia de tensiones raciales en muchos de estos barrios como Winson Green o Tottenham, en Londres, que pueden aflorar en medio de la violencia. En el barrio londinense donde comenzó la violencia, la mayoría de sus residentes son blancos, pero una cuarta parte es también africana o afrocaribeña. Asimismo, indios, paquistaníes y bangladeshíes también viven en la zona.
Situación económica Al igual que Tottenham u otros barrios, Winson Green está padeciendo con fuerza la crisis económica y los recortes sociales que está aplicando el Gobierno conservador de David Cameron. En este barrio de Birminhgam, el desempleo se sitúa en torno al 20%, mientras que en el resto de la ciudad es del 9%. Y el recorte de benefits puede convertir este barrio en un terrible foco de ira y desesperanza.