Vitoria. "Son tiempos de intentar llegar a entendimientos" y de dialogar para comprobar si existen o no las "condiciones necesarias para llegar a acuerdos". La maquinaria electoral calienta ya sus motores jaleada por el adelanto de las elecciones generales al próximo 20 de noviembre. Después de que Bildu planteara una alianza única a Aralar y PNV, sin citar a NaBai, y de que la formación dirigida por Patxi Zabaleta adelantara su congreso a mediados de septiembre para tomar en esa cita una resolución definitiva al respecto, Zabaleta puso ayer sobre la mesa el "punto de partida" desde el que propone buscar la suma de fuerzas que pueda ser más eficaz, siempre diferenciando, eso sí, Navarra de la CAV y el Congreso del Senado.

Zabaleta confió en que la cita de Aralar del 17 de septiembre avale esta apuesta de suma -aunque sea "con matices"- ya que, según recordó, "Aralar siempre ha defendido una izquierda abertzale civil, plural y amplia, sólo por vías políticas, y una consecuencia de eso, sin duda, es intentar lograr una unión de estas características". A la espera de ver "cómo se desarrolla el debate"; tanto de puertas adentro de la formación como de puertas afuera, con los posibles compañeros de viaje, con quienes las tomas de temperatura se acelerarán en las próximas semanas.

Ámbitos diferenciados El "punto de partida" que Zabaleta puso ayer sobre la mesa en Euskadi Irratia es claro: forjar diferentes ofertas electorales ya que ni la realidad sociopolítica de la Comunidad Autónoma Vasca es la misma que la navarra, ni el trabajo que se desarrolla en el Congreso es el mismo que el que se hace en el Senado. A falta de que la antigua Batasuna, EA y Alternatiba respondan concretando su propuesta de suma en cada uno de los ámbitos -algo que podría suceder en la rueda de prensa que hoy celebran en Pamplona-, la de Zabaleta está ya bien definida, en consonancia con la ponencia que su partido debatirá en apenas un mes. Según explicó ayer, en el Congreso "se juegan y se debaten las políticas sociales y las políticas económicas", por lo que la candidatura a la Cámara Baja tendría que destacar por ser "una propuesta de izquierdas y progresista". Así, "una coalición de Bildu-Aralar" debería vertebrar el proyecto en la CAV, mientras que en Navarra se ampliaría esta oferta siendo Nafarroa Bai la que uniera sus fuerzas con Bildu. Esta estrategia respetaría el hecho navarro y protegería el crédito acumulado por NaBai en las Cortes.

En el Senado, una Cámara aminorada en su competencia legislativa, a juicio de Zabaleta, habría que "tomar como eje el derecho a decidir", algo que ligó directamente con "la superación del conflicto". Por ello, subrayó que en esas listas "necesitaríamos una oferta muy amplia", abierta así "tanto al PNV, como a todas aquellas fuerzas que defiendan el derecho a decidir" de forma similar a lo que hace Entesa en Cataluña.

El futuro de Aralar En todo caso, toda la presión mediática y el interés que despierta saber si una alianza así podría desembocar en la disolución paulatina de Aralar no parecen hacer mella en un Zabaleta que rebaja el interés real de esta incógnita. "La desaparición de Aralar no es la cuestión", zanjó, dejando clara su intención de anteponer el debate programático al futuro orgánico de unas u otras siglas. "Al fin y al cabo, en política estamos para defender una ideas, y mientras éstas van hacia adelante, es secundario saber quiénes son las fuerzas que las ponen en marcha" dijo, tras reivindicar, eso sí, que son las claves que Aralar defendió hace 10 años las que ahora pueden servir de base para un reencuentro, y abogar por que todos den pasos con responsabilidad y reconociendo la autonomía de cada parte. "En política, las fuerzas políticas nos tenemos que mover siempre teniendo en cuenta las demandas del pueblo y sus necesidades. Nuestra propuesta es como es, pero no es un dogma", concluyó refiriéndose a NaBai, pero con un discurso que resume toda su apuesta.

Precisamente sobre lo que puede suceder en esta coalición se pronunció ayer Iñaki Cabasés, edil de NaBai en Iruñea. Cabasés coincidió en que la situación navarra "exige una estrategia diferenciada", si bien apostó por marcar distancias con la antigua Batasuna, que a su juicio "siempre ha aspirado a que hubiese dos grandes grupos políticos": el PNV y todo lo demás "aglutinado por ellos". "Eso no vale aquí", advirtió.