bilbao. La izquierda abertzale tradicional hizo ayer público un comunicado en el que recordaba que Sortu continúa siendo un partido ilegal e instaba a Rubalcaba, candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno español, a que se comprometa a impulsar su legalización para "dar paso a un nuevo marco sustentado en la libre decisión de los vascos" y poder medirse en las urnas.
Esta sensibilidad contestaba así a las declaraciones efectuadas la víspera por el dirigente socialista, en las que aseguraba que el final de ETA no iba a borrar al independentismo, por lo que abogaba porque que quienes se oponen a estos postulados, les "ganen la batalla en las urnas". A juicio de Rubalcaba, en las elecciones generales del 20-N "hay que demostrar que los que piensan que el País Vasco está mejor donde está, en España, son mayoría".
En su escrito, el sector ilegalizado aseguraba que desde una perspectiva democrática, las aspiraciones expuestas por Rubalcaba son totalmente legítimas e incuestionables, pero, por contra, señalaba que el candidato del PSOE ocultaba la realidad . "No todas las fuerzas políticas pueden defender sus ideas y sus proyectos en las urnas en nuestro país; y, por otro lado, el ordenamiento jurídico español impide que el proyecto independentista se pueda materializar".
Por ello, la izquierda abertzale apelaba a la condición de "demócrata convencido" de Rubalcaba para instarle a que impulsara la legalización de Sortu, que se encuentra a la espera de pasar el tamiz del Tribunal Constitucional: "Siendo coherente, debería impulsar la legalización de Sortu, defender el fin del veto y la imposición legal española para dar paso a un nuevo marco". "Es ahora cuando le toca elegir entre seguir con la imposición y el boicot a los nuevos tiempos o dejar en manos de la voluntad de la ciudadanía vasca el futuro libre y democrático de nuestro país" concluyó.
En este sentido, el Movimiento Eleak convocó ayer una manifestación que recorrerá las calles de San Sebastián el próximo 13 de agosto, en el arranque de su Aste Nagusia, con el objetivo de ser un "preludio" de "un nuevo tiempo" en el que "los derechos civiles se materialicen en la legalización de Sortu y el fin de la represión" y de la dispersión.