MADRID. La comisión bilateral de transferencias compuesta por miembros del PNV y del PSOE se reunió ayer de nuevo en el Congreso de los Diputados para avanzar en el traspaso de las ocho competencias que deben materializarse en el segundo semestre de este año, segun establecía el acuerdo presupuestario de 2011 alcanzado entre los jeltzales y el Gobierno español. La de ayer fue una reunión técnica más, de la que no se esperaban avances significativos y en la que se evidenciaron las afinidades en unas materias, y la necesidad de trabajar en profundidad en otras.
La cuestión es que esta comisión no se volverá a reunir formalmente hasta septiembre, un mes marcado en rojo en la agenda política socialista. Todo apunta a que será entonces cuando el Gobierno de Zapatero decida si adelanta las elecciones. Y las ocho transferencias pendientes quedan a merced de ese anticipo de los comicios: un hipotético cambio de gobierno, o incluso una prórroga de los presupuestos actuales, supondría que estos traspasos no se llevaran a cabo.
A estas alturas de la legislatura la posibilidad de un adelanto electoral se ha reforzado, máxime después de que el lunes pasado el diario El País publicara un editorial en el que instaba a dicho adelanto. El artículo, que no ha gustado nada en los círculos cercanos a Zapatero, hizo saltar como un resorte al Ejecutivo socialista que de nuevo defendió su intención de agotar la legislatura. Pero queda por ver cuál será el escenario en septiembre. Por una parte están pendientes los presupuestos de 2012, un escollo que el Gabinete de Zapatero deberá sortear si quiere llegar a marzo. Y para ello necesita apoyos parlamentarios.
Los últimos meses el PNV ha insuflado balones de oxígeno al Gobierno socialista a la hora de sacar adelante iniciativas parlamentarias importantes. Pero queda por ver qué pasará a la hora de aprobrar las cuentas de 2012. El tejado está en la pelota de los socialistas. El diputado del PNV, Josu Erkoreka, lo ha dejado claro a lo largo de estas semanas: su grupo no se sentará a hablar de los Presupuestos de 2012 hasta que Zapatero cumpla con las transferencias pactadas. Y eso es algo que los socialistas parecen tener presente, ya que a día de hoy el Gobierno no ha llamado a los jeltzales para instarles a hablar de las cuentas del año que viene.
Efectos del adelanto Pero una decisión de adelanto electoral puede hacer que el PNV deje de ser un socio necesario. El PSOE ahora necesita tiempo para analizar su situación y en septiembre puede sacar sus conclusiones en función de sus intereses electorales. Por una parte, Zapatero podría ver conveniente terminar la legislatura para concluir sus reformas, pero si los sondeos en ese momento son positivos para Rubalcaba, candidato socialista a la presidencia, el PSOE podría decidir un adelanto que obrara en beneficio propio.
Ese anticipo podría suponer, bien un triunfo del PP, que sacaría adelante sus propias cuentas, o bien que se prorrogaran los presupuestos actuales, supuestos estos que truncarían la puesta en marcha de las transferencias pendientes, al no ser necesarios los apoyos jeltzales.
Fondo de garantía salarial, crédito y banca, agencias de viajes, ejecución de legislación sobre productos farmacéuticos, seguro escolar, servicios privados de seguridad, ferrocarriles y autopistas, constituyen el paquete de ocho competencias que quedan pendientes para este semestre que ha empezado. En total son 24 las transfrencias pendientes para que se cumpla el Estatuto de Gernika, de las cuales 22 estaban incluidas en el acuerdo presupuestario de 2011. De estas, catorce se han materializado ya y quedan por traspasarse las ocho ya mencionadas. La amenaza de adelanto electoral no corre a favor de la materialización de las transferencias, pero la comisión bilateral sigue trabajando. Por parte del PNV a la reunión de ayer acudieron los diputados Aitor esteban y Emilio Olabarria, y el burukide Iñaki Goikoetxeta. Por parte de del PSOE, Txiki Benegas y Gaspar Zarrias, además de personal técnico.
Durante las tres horas que duró la reunión entre las dos delegaciones se evidenció la falta de discrepancias en algunos temas, pero que se debía seguir trabajando en las transferencias más complejas.