VITORIA. Hoy arrancará el último Debate de política gen eral de Zapatero. Será el testamento del presidente, que a la vista del lento ritmo con el que el Estado español está asimilando sus recetas económicas para salir de la crisis, tratará de barnizar con el optimismo sus pocos éxitos en la materia durante esta última legislatura. Con el descontento social emitido en las urnas el 22-M y unas cifras de paro astronómicas, el presidente protagonizará el debate tratando de rebajar el pesimismo.

Al otro lado, parapetado tras su imagen de presumible futuro inquilino de la Moncloa, Mariano Rajoy volverá a azuzar el fuego de la discordia enviando mensajes de irresponsabilidad al PSOE por su negativa al adelanto electoral. No serán todos los dardos para Zapatero -aunque seguro que los habrá, y variados-, ya que dedicará también parte de su tiempo a criticar al futuro candidato socialista, Pérez Rubalcaba.

Y mientras tanto, el candidato del PSOE no participará en la cita, conocida como el Debate del estado de la Nación en Madrid, y en el que se votarán 90 propuestas de resolución, quince por cada grupo parlamentario. Rubalcaba será un mero convidado de piedra. Durante tres jornadas se desarrollará el importante cónclave política, de martes a jueves, y su apertura estará protagonizada por un Zapatero cuya figura quedó profundamente tocada tras los paupérrimos resultados del 22-M para su partido. Y esos datos pesan como una losa. Aún así, la implantación de más medidas económicas podrían acompañar su discurso -algunas pendientes de aplicación en su hoja de ruta hacia la recuperación-, aunque no serán drásticos recortes en una cita de semejante trascendencia. Zapatero no desea perder más votantes en su cuesta abajo, con casi cinco millones de parados y con unos 'indignados' que han llevado ese malestar a la calle.

Diametralmente opuesto es el ambiente que se respira en Génova. Sabedores de que las últimas elecciones han dibujado un esperanzador panorama con cuotas de poder que nunca habían ostentado, el PP no se meterá en profundos charcos dialécticos. No obstante, tampoco rehuirá la pelea. Mariano Rajoy, sabedor de que ha vivido seis debates de política general desde la bancada de la oposición, buscará hoy por la tarde -cuando se enfrente cara a cara a Zapatero- ahondar en la idea de que, en la actual coyuntura económica, resulta indispensable el adelanto electoral. Tratarán de trasladar que el ciclo socialista en Moncloa está en sus estertores, y de que la crisis ha dibujado un complejo panorama para la reactivación, frente a la recuperación que, por contra, van experimentado poco a poco las economías de otros países europeos.

También medita el PP si conceder importancia a la figura de Rubalcaba, ya que saben que hacer llegar mensajes directos al candidato -y que este no podrá contestar- equivale a otorgarle el rango de incómodo enemigo en la carrera hacia la presidencia. No obstante, tratarán de desgastar su imagen por haber sido un agente clave en la inoperancia de las medidas para la reactivación económica.

responsabilidad El PNV en el Congreso encara el debate con su apoyo "responsable" a Zapatero en la aprobación de los tres últimos presupuestos generales como bandera, por los que ha arrancado 11 transferencias. Su papel ha resultado decisivo para la supervivencia del ejecutivo socialista, pero su portavoz, Josu Erkoreka, señaló ayer que "nadie duda" de que sin esa contribución "España estaría igual que Portugal". Sin embargo, ahondarán en la obtención de más competencias, ya que "la satisfacción no será plena hasta que se culminen al 100%" de las acordadas este año si el PSOE desea contar con los jeltzales en la aprobación de las cuentas del 2012.