vitoria. Bildu quitó ayer hierro a la polémica que ha suscitado la decisión de impedir la entrada de escoltas a los ayuntamientos. La medida, adoptada en los consistorios de Lasarte y Andoain, ha suscitado una cascada de reacciones que desde Bildu encajan en la "política del retrovisor" planteada desde el PSE y el PP. Este afán por estar "permanentemente mirando atrás" es, según refleja un comunicado emitido ayer por esta formación, la demostración de que tanto socialistas como populares no han asumido aún los resultados electorales.

En lugar de ahondar en las denuncias de los partidos liderados por Patxi López y Antonio Basagoiti, Bildu optó por mantenerse fiel al discurso que tanto en la campaña electoral como en el escenario posterior ha mantenido para revelar cuáles son sus objetivos. Así, en la citada nota recuerdan "la oferta realizada por todos su cargos públicos para trabajar entre todos por la normalización política, entendiendo que el conjunto de la ciudadanía y su representación política son necesarias en este camino". Más allá de esta declaración de intenciones, la coalición formada por Eusko Alkartasuna, Alternatiba e independientes rehúsa entrar en el debate y acusa a los denunciantes de crear una "cortina de humo" con la intención de "ocultar su fracaso".

Además de la reacción de PSE y PP para que Bildu facilite la entrada de los escoltas a los consistorios de Andoain y Lasarate, y la demanda del PNV para que medidas de este calado se adopten en consenso, el portavoz del PSE, José Antonio Pastor, añadió ayer la existencia de "muchos incidentes" en la constitución de los ayuntamientos ante los que Bildu "ha permanecido callada".

Según Pastor, además de los incidentes en Elorrio, Basauri y Lasarte, "en muchos ayuntamientos -que no detalló- hubo insultos, carteles de presos de ETA y se increpó a ediles no nacionalistas, que no han trascendido a la prensa".