Vitoria. La voluntad del PP de presentar mociones de censura de la actividad de ETA en los 77 ayuntamientos y las Juntas Generales en los que tiene representación ha devuelto al escenario político el viejo debate sobre el uso del término "condena" en el rechazo del ejercicio de la violencia.

Su intención es que Bildu "se retrate"; ponerle contra las cuerdas desde el minuto uno de la legislatura para tratar que dé un paso en falso que baste para echar sobre la coalición todo el peso de la Ley de Partidos y descabezar su presencia institucional. "Vamos a poner todo nuestro empeño y toda la carne en el asador", insistía ayer el portavoz popular guipuzcoano Borja Sémper.

Sin embargo, el candidato a diputado general de Bildu, Martin Garitano, rechazó entrar en este juego de "provocaciones" que, a su juicio, son sólo "fuegos de artificio" con los que el PP pretende "bloquear" su gestión institucional de los resultados del 22-M. "Todos tenemos una posición fijada de antemano pública, concisa, clara, concreta, sincera y sin ambages" con respecto a la utilización de la violencia en la que los representantes de la coalición soberanista se van a mantener, subrayó, refiriéndose así al compromiso ético firmado por todos sus candidatos antes de las últimas elecciones.

Las víctimas como excusa En todo caso, Garitano insistió en que el único objetivo de Bildu es "avanzar en este proceso de normalización política y de paz". "No entendemos que nadie con responsabilidad política pueda poner palos en las ruedas a ese proceso", añadió, antes de apuntar que "no es el respeto a las víctimas lo que justifica estas mociones", sino al contrario, ya que se está "utilizando a las víctimas para forzar posicionamientos políticos".

Pero ni éstas ni todas las explicaciones que la coalición pueda ofrecer sobre esta cuestión parece que vayan a calmar a un PP conjurado para explotar esta vía. "Si mañana hay que hacer mociones de censura, aquí estamos los primeros", advirtió su presidente en Euskadi, Antonio Basagoiti, convencido de que esta presión es "la mejor manera de vacunarnos contra el nuevo terrorismo". "Si quedase alguna duda acerca de que lo que hizo ETA fue útil o estuvo bien, otros o alguno de los mismos vendrán a volver a reactivar los comandos" y a matar, afirmó.

A continuación, extendió su crítica contra el lehendakari Garaikoetxea, que la víspera le había acusado de "buitrear" políticamente beneficiándose de ETA, lo que consideró "indecente". Pero tampoco PNV y PSE quedaron a salvo de sus dardos. Al primero, Sémper atribuyó la "responsabilidad única" del poder de Bildu. Al segundo, Basagoiti le reprochó la defensa de su "bondad" durante la campaña.

La "mejora" del PSE Ante esta situación, el portavoz socialista, José Antonio Pastor, entró de perfil y, si bien no quiso valorar la iniciativa del PP -"nosotros no tenemos ningún problema en condenar a ETA", se limitó a afirmar-, adelantó que su partido "está trabajando" en un texto que podría enmendar estas mociones que, según aseguró sin más detalles, "se pueden mejorar".