vitoria. Pudo haber pasado por una coincidencia o por un afinado vaticinio, pero lo cierto es que el lehendakari López tenía difícil fallar. La frecuente interlocución entre el presidente del EBB Iñigo Urkullu y el mandatario español José Luis Rodríguez Zapatero hizo que, mientras el jefe del Ejecutivo vasco cargaba en el Euskalduna contra las "excursiones a Madrid" del PNV, el jeltzale se encontrara, en ese preciso instante, debatiendo con el presidente español en la capital del Estado sobre paz y normalización, transferencias, economía y resultados electorales. Una cita que llega después de las dos llamadas a Sabin Etxea en precampaña ante las decisiones judiciales sobre Bildu -Zapatero quiso recomponer su relación con Urkullu tras el veto del Supremo-, y tras una tercera conversación en campaña con la que Moncloa reclamó respaldo para aprobar más medidas económicas ante la tensa situación de Grecia y Portugal. A finales de mayo, ambos partidos cerraron cinco transferencias valoradas en 31 millones. Fuentes jeltzales consultadas por este diario dicen que la vía de contactos "sigue absolutamente viva".

De hecho, volverán a compartir mesa el miércoles al objeto de zanjar el traspaso de otras ocho competencias, consistentes en la regulación de empleo, el transporte marítimo y fluvial, el transporte por carretera, los archivos de titularidad estatal, la ejecución de la legislación del Estado sobre propiedad intelectual, la ampliación de los servicios traspasados en materia de enseñanzas profesionales náutico-pesqueras, y autopistas de peajes y ferrocarriles. Si bien el plazo para el traspaso, según el acuerdo presupuestario firmado el pasado año, expira el 30 de junio, las fuentes consultadas no creen que el socialismo vaya a apurar fechas, sino que el mismo miércoles, "seguramente", se cerrarán las transferencias, "salvo hecatombe".

Ese paso abrirá las negociaciones de cara a aprobar el techo de gasto -la última semana de este mes-, la antesala y trámite imprescindible para que el socialismo pueda presentar unos presupuestos que los jeltzales no entrarán a negociar si antes de septiembre u octubre no se da satisfacción al resto de compromisos asumidos por Moncloa en las negociaciones de 2010. En ese momento, la formación de Urkullu se decantó por facilitar la aprobación de los presupuestos al objeto de no añadir más inestabilidad al convulso panorama económico estatal, y ofreció tiempo a un Zapatero necesitado de apoyos para abordar la paz y la normalización -los jeltzales resaltan la "sintonía" entre ambos partidos- y para cerrar el Estatuto tras 31 años de incumplimiento. El PNV hizo los deberes que habían quedado relegados al baúl de los recuerdos del PSE. A López solo le queda firmar las competencias. Ahora le toca a Zapatero, que vuelve a jugarse la posibilidad de agotar la legislatura. "Para abrir la carpeta de 2012, hay que cerrar la de 2011", recalcan.

las pegas de López Según explican esas mismas fuentes, los contactos entre Sabin Etxea y La Moncloa son "constantes" y por ambas partes. Los vínculos no peligrarían ante un eventual relevo de Zapatero en la persona de Alfredo Pérez Rubalcaba, sino que el propio Urkullu mantiene "muy buena relación" con el ministro del Interior, conocedor en primera persona del campo de la paz y la normalización debido a su cargo. Esta misma semana, el burukide y el socialista habrían compartido valoraciones, al tiempo que, desde las elecciones.

Pero esa misma concordia parece resistirse a reinar entre el PSOE y su delegación en la CAV, que tampoco ha hecho cuajar sus relaciones con otra formación que no sea el PP. La ácida referencia de López a las "excursiones" de los jeltzales, y el remate de la portavoz de su Ejecutivo, Idoia Mendia, quien acusó al PNV de ir "siempre a Madrid a pedir ayuda", dejan en mal lugar pasadas declaraciones del PSE con las que negaba sentirse agraviado por las relaciones entre Moncloa y Sabin Etxea.