Vitoria. Mientras PP y PSE salían ayer de sus respectivas reuniones con el PNV con un moderado optimismo, asegurando que los jeltzales no tienen aún una posición formada sobre su política de pactos postelectorales, los nacionalistas callaban. Sabin Etxea había tomado la iniciativa tras una semana de permanente cortejo constitucionalista hacia el PNV, y así decidió sondear en el Parlamento a todos los grupos políticos para escuchar, directamente por boca de socialistas y populares y a puerta cerrada, la tan reiterada oferta.
PP y PSE le darían a los nacionalistas la Diputación de Gipuzkoa si a cambio estos impiden que Bildu gobierne en San Sebastián, Errenteria y Andoain, localidades tan socialistas como abertzales, pero gobernadas tradicionalmente por los primeros. El pacto global, por ello, debía cerrarse antes de la constitución de los ayuntamientos, el próximo sábado 11.
Justificadas o no las esperanzas de PP y PSE tras la reunión de la mañana con los líderes territoriales del PNV y con la representación del Euzkadi Buru Batzar, lo cierto es que a última hora de la tarde el presidente jeltzale, Iñigo Urkullu, cerró la puerta a cualquier pacto global. "Hay que hacer una interpretación de los resultados electorales municipio a municipio y territorio a territorio", afirmó el líder del PNV en los micrófonos de la Cadena Ser.
Urkullu exigió respeto a la lista más votada en Gipuzkoa, la de Bildu, tal y como figuraba en el orden del día jeltzale para las reuniones del Parlamento, pero dejó además un recado a quienes buscan atraer a los nacionalistas a una triple alianza desconocida hasta hoy en Euskadi. "El pacto global que pueda proponer el lehendakari López está basado en una premisa, y es el pacto previo entre el PSE y el PP", ese acuerdo que desalojó al lehendakari Ibarretxe de Ajuria Enea y que tanto el PNV como sus votantes han reprobado desde el 1 de abril de 2009.
Para Urkullu los pactos globales "no se corresponden con este tiempo en el que estamos" y en ese sentido ya avanza una postura que el partido, en todo caso, oficializara tras su asamblea nacional del lunes. A partir de esa fecha pretendían PP y PSE abordar la verdadera negociación con el PNV, en el aire tras el portazo de Urkullu al cortejo de los firmantes del acuerdo de bases.
Y no será porque no lo han intenado. Tanto el PSE como el PP consideran imprescindible atraerse al PNV para confeccionar el futuro mapa institucional vasco, por lo que ayer brindaban argumentos a los jeltzales para hacer más tragable el eventual acuerdo a los electores nacionalistas.
Se trata de "sacar adelante proyectos estratégicos" como el Tren de Alta Velocidad o el puerto exterior de Pasaia, según el secretario de Política del PSE, Rodolfo Ares, el mismo argumento que esgrimía el secretario general del PP. Iñaki Oyarzábal apeló a "recuperar la confianza y la economía, a la moderación y a la sensatez", y a esas infraestructuras que peligrarían, a su juicio, con Bildu en la Diputación guipuzcoana. Y no sólo eso, para el PP el veto a la coalición abertzale, ya que implicaría la unión de los hasta ahora tres grandes partidos de Euskadi, supondría "un gran acuerdo de futuro, sin frentes contra nadie". Al igual que Ares, Oyarzábal también consideraba ayer que "las puertas están abiertas" con el PNV, aunque "debe aclarar muchas cosas" con respecto a Gipuzkoa.
Sin embargo, no todo en el escenario postelectoral se reduce a la pugna de los constitucionalistas por atraerse al PNV. Los jeltzales tomaron ayer la iniciativa y trataron de quitarse presión abriendo el abanico de los contactos al resto de formaciones con representación parlamentaria, algo por otra parte tan lógico como democrático.
Silencio en EB y Aralar Ezker Batua, formación que con sus dos junteros puede dar la mayoría absoluta a Xabier Agirre y que por lo tanto cobra un papel vital en la formación del futuro gobierno foral alavés, optó ayer por el hermetismo con respecto a su reunión con el PNV. Idéntica estrategia adoptó Aralar, formación que pese a haber sido la pagana de la incontestable oleada de Bildu en toda la Comunidad Autónoma Vasca, ha sido invitada por la coalición abertzale a "contribuir al gobierno" de Gipuzkoa, aunque no se ha explicado cómo.