Vitoria. Tres no son multitud. Así lo creen los socios por el cambio una vez comprobado y analizado el efecto de la ola Bildu y de la marejada que ha arrastrado a los socialistas a la debacle en las urnas. La sintonía del PSE y PP atraviesa las fronteras parlamentarias y se sincroniza para emplazar al PNV a que les acompañe en su pugna por evitar que la coalición abertzale gobierne las instituciones vascas. Ahora pretenden dejar atrás la política de bloques y sumar para su causa a la misma formación que desalojaron de Ajuria Enea hace dos años en nombre del cambio.

A lo largo de este periodo, los tiras y afloja entre ambas formaciones no han puesto en peligro un acuerdo que nació con vocación de completar la legislatura, como así han reconocido en reiteradas ocasiones desde ambas partes. Pero la suma ya no da y se requieren nuevos compañeros de viaje. De forma elocuente, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, asumió ayer en los micrófonos de Onda Cero que el pacto con los socialistas ya no es suficiente. "Hace falta algo más", reclamó el líder conservador, para "sumar a más gente y que no sea Batasuna quien domine las instituciones", apostilló.

Ese algo más se llama PNV y los cantos de sirena que sondean las expectativas jeltzales también proceden de la bancada socialista. El propio lehendakari, Patxi López, defendió tras el atípico Consejo de Gobierno que ayer trasladó a su gabinete al Parque Ecológico de Irun la necesidad de firmar acuerdos plurales entre estos tres partidos para dotar de estabilidad "y lealtad" a las instituciones.

Al igual que en el caso del PP, los socialistas tampoco tienen intención de zanjar el acuerdo de bases para allanar cualquier nueva tentativa que incremente el número de participantes, a pesar de que dirigentes socialistas como el alcalde en funciones de Donostia, Odón Elorza, reconozca en ETB que este pacto está amortizado.

La estrategia se basa en mantener el control del Parlamento Vasco mediante la mayoría que suponen los votos de socialistas y populares y, de forma paralela, intentar sumar a los jeltzales en la planificación de la política municipal y foral con el objetivo de desbancar a Bildu en aquellas instituciones donde ha recibido el respaldo del electorado.

Y todo ello sin olvidar los encuentros que dirigentes de la coalición formada por Eusko Alkartasuna, Alternatiba e independientes han iniciado como formación más votado en San Sebastián y Gipuzkoa con la demás fuerzas, el último el que les reunió ayer con los socialistas y que permitió atisbar puntos de encuentro en áreas concretas como la fiscalidad y políticas sociales.

Plazos De momento, las divergencias entre PSE y PNV impiden hasta que ambos partidos se pongan de acuerdo en el plazo que resultará necesario para oficializar las nuevas diputaciones. A diferencia del líder jeltzale en Gipuzkoa, Joseba Egibar, que habló de un mes de junio "largo", el lehendakari augura una negociación acelerada que estará vinculada a la composición de los ayuntamientos, prevista para el día 11. La razón fundamental es que el PSE descarta una política de apoyos que no se aplique de forma global al escenario vasco.

López sitúa la pelota en el tejado de Sabin Etxea y recrimina al PNV su "rechazo al PSE", a tenor de la falta de apoyos que la formación jeltzale ha anunciado para la plancha socialista en Donostia, frente a un mayor "respeto" a las listas de Bildu. Aun así, insiste en su llamamiento, pese a que estrechos colaboradores como el portavoz de su partido, José Antonio Pastor, mantuviera ayer que será "difícil" llevar a cabo "políticas de acercamiento" con el PNV dado "el comportamiento y la estrategia" de este partido, al que ve en "clave electoral" y pensando ya en las próximas elecciones autonómicas.

Frente a estos emplazamientos, desde Bildu no dan "nada por sentado" ningún acuerdo y restan importancia al "rifi-rafe" entre PSE y PNV hasta que el presidente jeltzale concrete la posición de su partido en las negociaciones postelectorales. El secretario general de EA, Pello Urizar, interpreta el "silencio" de Iñigo Urkullu como la señal de que "seguramente pueda haber un acuerdo entre el PSE y el PNV y estemos ahora presenciando la parte de teatro que toca para justificar que, de alguna manera, la decisión ya está tomada".

En esta misma línea, Urizar aseguró que Bildu tiene "claro" cuál es su apuesta para participar en el diseño de los próximos escenarios institucionales y para ello "no esconde ninguna carta", sino que se limita a esperar "que los demás enseñen todas sus cartas" para alcanzar acuerdos.