vitoria. El mismo Patxi López que sufrió prácticamente en silencio la humillación de un presidente del Gobierno que para sobrevivir convirtió al PNV en interlocutor entre Euskadi y España ha sido el primero en abrir fuego amigo tras la debacle socialista del 22-M. Como ocurre siempre que una formación política entra en declive -le ocurrió también al PP- las navajas se empiezan a afilar ya sin ningún disimulo en el PSOE y en el comité federal del próximo sábado el presidente Rodríguez Zapatero podrá comprobar hasta qué punto tiene atada su sucesión.
López y toda la Ejecutiva del PSE de forma unánime desafiaron el martes al líder y reclamaron en un tono muy crítico que Zapatero se olvide de las primarias y que la casa se rehaga desde sus cimientos. Los vascos quieren un congreso extraordinario y lo dicen públicamente porque sienten que el responsable del desastre electoral es Zapatero, pese a que el pacto con el PP en Euskadi ha escocido y mucho a buena parte de su electorado. Y en esa apuesta van a seguir.
Ayer por la mañana Zapatero habló personalmente con López para tratar de apagar el fuego y se encontró con que uno de sus líderes periféricos más fieles ha optado por tener voz propia.
Zapatero dijo ayer en el Congreso de los Diputados que el lehendakari y él están "completamente de acuerdo", tras su conversación telefónica, en que hay que celebrar primarias, siempre que se aborde una "profunda reflexión" en el partido. Nada más lejos de la realidad, según el PSE, que ayer emitió un comunicado en el que aclaraba que la formación "sigue pensando que la solución más conveniente y más acorde con la tradición del partido" es celebrar un congreso en el que el PSOE "se dote de un líder que cuente con todo el respaldo del partido para afrontar las elecciones y ganarlas".
el pse en bloque Así, el PSE -ayer habló como partido, sin nombres propios- es la primera federación que cuestiona el liderazgo de Zapatero tras las elecciones en voz alta, pero además insiste en ello con vehemencia un día después del órdago y de que el presidente del Gobierno mantuviera con igual determinación su intención de celebrar las primarias.
"Pensamos que la mejor solución es definir primero el qué y el para qué, es decir, qué ofrecemos a los ciudadanos, y después el quién, tal y como señalamos ayer", respondieron los socialistas vascos al toque a rebato de Zapatero. Rodolfo Ares, secretario político del PSE, consejero de Interior del Gobierno Vasco y enlace directo entre Lakua y el vicepresidente Rubalcaba, reforzó en el Parlamento Vasco el mensaje lanzado el martes por los socialistas vascos, que beneficia precisamente al de Solares ante la asonada que prepara en el partido la ministra de Defensa, Carme Chacón. Aunque dijo que son los órganos del partido los que han de decidir qué hacer en el futuro inmediato, la posición que defenderán los vascos el sábado es "clara y razonable", pues se debe nombrar a un candidato "que tenga todo el respaldo y el apoyo del conjunto del PSOE".
Ares, además, rechazó que el lehendakari esté tratando de postularse como posible sucesor de Rodríguez Zapatero, o que él mismo vaya a dejar el Departamento de Interior para preparar la sucesión del presidente del Gobierno.
Sólo quedan tres días para la celebración de una reunión en la que, después de que el PSE se pronunciara, otros socialistas defenderán que elegir entre Chacón o Rubalcaba no supone un cambio de rumbo ni atiende al criterio de la mayoría del partido. En teoría el comité federal está convocado para eso, para iniciar el proceso de primarias, pero la guerra ha saltado a los medios tras el órdago del PSE y ayer fueron muchos los socialistas de todo el Estado que se pronunciaron sobre el particular, tanto en público como en privado.
Según afirma el parlamentario del PNV en el Congreso Josu Erkoreka en su blog, un diputado socialista negó la autoridad a López en el PSOE porque para ser un barón cuya opinión deba ser tenida en cuenta hay que presentar mayorías absolutas o al menos significativas como aval, una puñalada en toda regla desde las propias filas socialistas a un pacto de gobierno PSE-PP muy cuestionado en Euskadi.
blanco testa al partido Mientras el presidente del Congreso José Bono, echando mano de su proverbial astucia, evitaba pronunciarse y aseguraba que este tema "no quita el sueño a los españoles", la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, que fuera víctima de unas primarias ante el ahora perdedor Tomás Gómez, apostaba por esta fórmula para la sucesión. "Debe ser el presidente quien conduzca todo el proceso para dar un tono de normalidad ante los cambios", aseguró Jiménez, prácticamente la única que ayer salió en defensa del presidente, junto con su exsecretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda. La convocatoria de un congreso extraordinario, aseguró, equivaldría a "una moción de censura y una desautorización" de Zapatero.
El presidente en funciones de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, por contra, señaló que "nadie entendería" que se emprenda ahora un proceso de primarias. "Si nos decidimos ahora por hacer un debate pueblo por pueblo, el mundo nos mirará con perplejidad", dijo una de las voces que con más autoridad suenan en los últimos tiempos en el PSOE. Incluso defendió un adelanto electoral, "un sentir, no sé si mayoritario o no, de que si tenemos que seguir haciendo cosas que van contra los intereses de aquella gente que nos hizo llegar al Gobierno, que lo hagan otros".
A la rebelión iniciada por López se sumaron además varios diputados del PSOE a través de Internet. El cordobés José Luis Rascón pidió que "el partido se rehaga a sí mismo", el madrileño Elviro Aranda advirtió de que el PSOE sufre "una notable debilidad organizativa", y el catalán Sixte Moral apostó por "derribar el partido y volverlo a construir". Los socialistas valencianos también reclamaron celebrar un congreso extraordinario "para que los españoles tengan claras las opciones de cara a las generales", según su secretario general, Jorge Alarte.
Mañana, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ha convocado a todos los secretarios regionales para preparar la reunión del sábado y testar cuál es la posición mayoritaria en el partido. t.d./efe/e.p.