Vitoria. Era sin duda una de las grandes incógnitas de la jornada. La irrupción de Bildu en las elecciones centraba todas las miradas después de un inicio de campaña muy agitado marcado por el aval final del Constitucional. Quedaba por saber cómo iba a reaccionar el electorado a la coalición formada por la izquierda abertzale tradicional, que compartía papeleta con EA y Alternativa, y aunque las encuestas les auguraban datos positivos, sólo los más optimistas se esperaban los resultados obtenidos ayer.
La formación ha irrumpido en las instituciones alavesas con una fuerza inusitada. Los casi 32.000 votos depositados ayer en las urnas situaban a la coalición como tercera fuerza política en Álava, por delante de los socialistas de Txarli Prieto, que quedaban relegados a la cuarta posición. La coalición ha conseguido colocar en las Juntas Generales de Álava a once procuradores, cinco más de los que tenía hasta ahora si se suman los escaños obtenidos por ANV y EA en las elecciones del año 2007.
Espectacular ha sido también el modo en que ha entrado la izquierda abertzale en el Ayuntamiento gasteiztarra, institución que a partir de ahora se reduce a cuatro fuerzas políticas, entre ellas Bildu, que ha conseguido seis concejales. Es necesario remontarse hasta el año 1999 para obtener una cifra comparativa. Entonces Euskal Herritarrok sacó tres escaños, que sumarían cuatro si se añade el asiento que hasta ahora ha ocupado Antxon Belakortu por EA. El escenario que se abre para la coalición es, por lo tanto, más positiva, ya que se convierte en la cuarta fuerza política de Vitoria, empatada a escaños con PSE y PNV.
En el resto del territorio cabe destacar los resultados obtenidos en algunas de las localidades con más habitantes. Es el caso de Llodio, donde Bildu se sitúa como primera fuerza, o de Agurain, feudo de Iñaki Beraza, y donde obtiene mayoría absoluta. La coalición gana también en Barrundia, Legutio, Urkabustaiz, Ayala, Zuia, Zigoitia, Okondo, Aramaio, San Millán o Asparrena.
En la sala Jimmy Jazz de Vitoria, donde se reunieron los simpatizantes para seguir el escrutinio, pocos olvidarán la noche vivida ayer. Pasadas las ocho de la tarde, los sondeos a pie de urna les ponían en alerta: en Álava se podrían colocar como primera fuerza política y en Vitoria alcanzarían hasta seis escaños. Los datos revolvían las tertulias políticas retransmitidas en televisiones y radios, al tiempo que crecía la euforia entre los votantes de la izquierda abertzale.
Las encuestas acertaban en la capital alavesa, aunque la lucha por la Diputación no llegó a fraguarse. Sin embargo, el tercer puesto obtenido por la coalición en las Juntas Generales de Álava dejó más que un buen sabor de boca. La noticia fue recibida con gritos de “independentzia” por parte de la gente reunida en Coronación. El cabeza de lista al Ayuntamiento de Vitoria no podía ocultar la alegría. “Estos datos son el resultado del trabajo de años, es el premio que nos da el pueblo. A partir de ahora se abre un nuevo escenario”, aseguraba Kike Fernández de Pinedo.
El efecto Bildu, por lo tanto, se ha hecho notar. La formación que prometió durante la campaña electoral “un cambio social y político” ha conseguido movilizar no sólo a los votantes de la antigua Batasuna y de EA, sino también a un electorado de izquierdas que ha querido mostrar su confianza en este nuevo escenario sin violencia.