Rajoy, con Cospedal. Foto: efe
El PP baraja ya unas generales adelantadas a noviembre
Génova entiende que su campaña, centrada en la necesidad de un cambio, ha sido un "éxito absoluto"
madrid. El PP cree que ahora mismo en España se dan todos los factores necesarios para un adelanto electoral, pues al augurio de una derrota estrepitosa del PSOE el domingo se unen las concentraciones en la calle y la sensación, generalizada en las filas populares, de que este ciclo "ya no da más de sí". La dirección del PP, en especial el gabinete de Mariano Rajoy y la responsable de Organización, Ana Mato, habían diseñado una campaña sustentada en certezas, sin interrogantes, una campaña plana que ayer, catorce días después, consideran un éxito absoluto. Sin embargo, un imprevisto oscurece el balance: las protestas del llamado Movimiento 15-M es un fenómeno que en Génova se observa desde la incertidumbre y con "ligera preocupación, de momento".
Según el análisis de los populares, las movilizaciones ciudadanas pueden desencadenar "una ola de descrédito de la clase política, sin excepciones", que quizá obstaculice el camino de Rajoy hasta las próximas elecciones generales. Pero también, indican, aporta un elemento de desestabilización que, aparte del previsible hundimiento del PSOE en las urnas, podría obligar a José Luis Rodríguez Zapatero a anticipar las generales.
Un alto cargo considera que después del domingo "España será un país acuciado por el desmoronamiento de los socialistas, por la desconfianza del Gobierno, por los ataques de los mercados y por el encarecimiento de la deuda, así que a Zapatero no le quedará más salida que adelantar las elecciones, probablemente a noviembre".
Balance Sobre la campaña en sí, desde Génova insisten en que "se ha revelado un acierto, ya que Rajoy y su equipo se han ajustado a la perfección a las premisas, es decir, la creación de empleo y la imagen de un partido al tanto de los problemas de los ciudadanos". Las fuentes de la dirección popular, asimismo, señalan que "ha calado la necesidad de cambio en aquellas comunidades que gobierna el PSOE desde siempre y la defensa de la gestión en los territorios que controla el PP". También resaltan la habilidad de Rajoy para animar a los votantes del PP de toda la vida y para atraer a los que se sienten decepcionados con Zapatero. El único "trago malo" para Rajoy, el acto de Valencia junto a Camps, aunque el lleno de la plaza de toros de Valencia lo hizo más amable.
11.000 kilómetros después, Rajoy llega a una jornada de reflexión que quizá no lo sea tanto por las manifestaciones, pero que en el PP se descansará con la impresión de que "cada vez queda menos".
"Nuestro triunfo va a hacer historia pero ¡cuidado! que las encuestas no votan"
mariano rajoy
Presidente del PP