Vitoria. Llega tarde a la entrevista y se disculpa educadamente. Problemas de agenda, dice. Ya en su mesa del despacho se quita la chaqueta y charla con soltura. No son sus primeras elecciones, pero en éstas se la juega y por eso lleva meses en campaña, pateándose la ciudad y abordando a los vecinos con folletos del PP. Las encuestas le dan ganador y él, aunque con la boca pequeña dice no creérselas, promete que no será alcalde si no es el candidato más votado. En mitad de la conversación suena el móvil, es Belakortu. "Antxon, ahora no puedo, te llamo luego", responde Javier Maroto al concejal de Bildu.

Está la ciudad plagada de carteles del PP, veo que no han tenido que apretarse el cinturón.

Todo lo contrario, hemos hecho una campaña muy austera alquilando sólo el escaparate de algunos locales porque es más barato poner un cartel en un cristal que en una valla publicitaria.

Las encuestas le dan ganador, aunque no significa que vaya a ser alcalde, ¿no?

Si el PP no gana las elecciones no habrá alcalde popular. Ése es mi compromiso y también se lo he escuchado a los otros dos candidatos con posibilidades, Urtaran y Lazcoz. Así que será alcalde quien más votos obtenga en las urnas.

Aunque sea Patxi Lazcoz.

Insisto, si es otro el que tiene más votos, no habrá alcalde del PP.

Salvo que se lo imponga Basagoiti.

En el caso del Ayuntamiento siempre se ha respetado que gobierne la lista más votada.

Entiendo. ¿Va a variar Bildu el reparto de fuerzas en Vitoria?

Eso lo tendrán que decir los electores..., sí que va a obtener representación, no sé si mayor o menor.

Por cierto, ¿qué sintió al saber que Bildu participaba en las elecciones?

Lo que debe sentir un demócrata, que la separación de poderes existe e independientemente de si a uno le gustan o no las resoluciones, hay que respetarlas.

Claro, pero quizá estaría más cómodo si no estuviese en campaña.

Yo estoy cómodo si consigo trasladar mi mensaje (...), y hablar de los problemas reales de la calle.

Entonces, ya ha felicitado al señor Belakortu.

Sinceramente, he hablado con él, me lo he encontrado en la calle y le he saludado, porque en una ciudad como Vitoria priman las relaciones personales.

Veo que no quiere mojarse.

Pues creo que me estoy mojando bastante.

Si es alcalde, ¿su gestión será continuidad de la de Alonso?

La situación es ahora diferente porque en 1999 la principal preocupación de los vitorianos era la vivienda, ahora es el paro y la economía y ése es mi compromiso: problemas diferentes, propuestas distintas.

¿Qué piensa cuando escucha a Lazcoz decir que en Salburua y Zabalgana se cometieron errores?

Mmm. Me sorprende que el PSE, que con tanta vehemencia defendió el pacto de vivienda, cambie el discurso. Aquel acuerdo no fue un error sino un éxito que hoy comparten 19.000 personas que viven en Salburua y Zabalgana y que ahora reclaman al Ayuntamiento servicios públicos, no más pisos, porque no son barrios de segunda. Muchos ciudadanos se han decepcionado con el PSE y el PNV al ver que prefieren un auditorio antes que equipamientos en los nuevos barrios.

¿Va a parar el BAI Center?

La nueva Corporación tiene que replantearse el proyecto sin que suponga un coste para la ciudad.

Difícil, porque ya se ha invertido mucho dinero.

Pero se puede renegociar con el arquitecto y las empresas una alternativa para reconducir el proyecto, porque los vitorianos no van a permitir que con su dinero se endeude la ciudad y comiencen las obras sin tener garantizada la financiación.

El soterramiento está en una situación similar y no se arma tanto revuelo.

También me preocupa el soterramiento porque, como el BAI Center, tampoco cuenta con el dinero necesario. Y así es una irresponsabilidad iniciar las obras porque ¿qué ocurre si no se consigue esa financiación? Que lo pagan los vitorianos, con sus impuestos (...) Por eso el PSE se ha quedado solo, porque el rigor en la gestión tiene que valer más que el capricho de algunos.

¿Y cómo va a explicar a los vitorianos que otra vez se quedan sin auditorio?

Bueno, no he dicho eso. Hay proyectos en los que toda la Corporación tiene la convicción de que van a salir adelante, lo importante es tener el dinero y, sinceramente, me parece muy rácano pedir sólo 50 millones para Vitoria como ha hecho Lazcoz. Lo digo porque alcaldes como Yolanda Barcina e Iñaki Azkuna han conseguido que sus principales equipamientos no les cuesten nada a los vecinos de Pamplona y Bilbao.

El PP se ha descolgado del BAI Center y la redensificación. ¿Habrá más sorpresas?

El PP sólo ha dicho no en dos ocasiones esta legislatura: a la subida de impuestos en plena crisis y al BAI Center. Y quiero recordar que el propio Lazcoz me ha dado las gracias dos veces en público por el apoyo prestado. Ahora se esconde como el avestruz, pero tanto el Plan de Movilidad como las políticas medioambientales han salido adelante porque arrimamos el hombro, le pese a quien le pese.

Pues más que de arrimar el hombro le acusan de deslealtad.

Lazcoz tiene que entender que una cosa es apoyar a la ciudad y otra consentir todos los caprichos.

Y Maroto, ¿tiene algo que agradecerle al alcalde?

Mira, le agradezco el giro de 180 grados que dio a mitad de legislatura en materia medioambiental, porque nos temimos que iba a arrojar por la borda el Plan de Movilidad. A Lazcoz no le gustaba el medio ambiente y prueba de ello es que su gobierno llamó anillo marrón al Anillo Verde. Afortunadamente cambió y Europa nos lo ha agradecido con el premio Green Capital.

Un caramelo muy dulce para el próximo alcalde. Y, quizá, una oportunidad para traer dinero de Europa.

La pena es que el único proyecto encaminado a traer dinero es el del PP de crear un anillo verde interior que cambiará la ciudad, por eso vamos a priorizar esta iniciativa. Claro que apoyamos el soterramiento, pero no esperaremos más, no estamos dispuestos a que Madrid decida cuándo debe transformarse Vitoria.

¡Ah!, ¿significa eso que el soterramiento se va a posponer de nuevo?

No, pero estoy cansado de esperar a que alguien en Madrid diga "ahora le toca a Vitoria". La ciudad no se puede parar mientras llega el soterramiento.

Ya. El PP impulsó un tercer hospital para Vitoria, una propuesta que en Santiago ha caído como un jarro de agua fría.

No me extraña, dada la metedura de pata del candidato socialista: tirar el hospital para hacer viviendas... El PP ya ha dicho que ni de broma.

Eso vino luego. Pero ustedes pactaron la reordenación sanitaria con los socialistas.

Lo pactado en el presupuesto incluye un edificio de consultas externas y un hospital maternoinfantil en Txagorritxu.

Sí, pero también incluía Santiago.

Sí..., bueno ..., de todos es sabido que hay que buscar una salida a los enfermos crónicos, esa es la fase final del proceso, pero mientras yo sea alcalde habrá hospital Santiago.

Tengo un mensaje de un joven biólogo que está en paro desde que dejó la Universidad, igual que su pareja, así que se plantean hacer la maleta e irse fuera. ¿Qué les dice?

Que confíen en el proyecto que defiendo, porque quiero que tanto personal cualificado como recién licenciados o personas sin formación tengan una oportunidad de empleo en Vitoria. Y lo digo con la misma contundencia que en 1999 nos comprometimos a resolver el problema de la vivienda; entonces hicimos aquello y ahora toca esto.

Ya, y hasta entonces.

Por eso no podemos perder ni un minuto más, porque éste es el debate que a la gente le preocupa, si les das a elegir entre tener un auditorio con excelencia acústica o un puesto de trabajo de calidad en Vitoria, optarán por lo segundo.

Al menos entenderá que se planteen la vida en el extranjero.

No, no lo comparto, y lucho para que no suceda.

¿Y comparte la idea del SEA de trabajar más por menos salario?

Los sindicatos tienen razón cuando dicen que ninguna reforma puede basarse sólo en esa máxima porque no se trata de trabajar más, sino mejor, y para ello necesitamos empresas más productivas. Ahora bien, si en países que están saliendo de la crisis antes que nosotros, como Suecia, Noruega, Finlandia, Alemania, Bélgica, Polonia y Reino Unido ya hablan de vincular la productividad en la nómina de los trabajadores, cuanto menos debemos provocar ese debate.

Igual que el de endurecer a los inmigrantes las condiciones para cobrar ayudas sociales.

Yo no he hablado de inmigrantes.

Bien, pero son ellos los que necesitan empadronarse.

Un inmigrantes es una persona que no reside en España (...) Lo que planteamos es la necesidad de revisar el sistema de prestaciones porque el actual permite y tolera el fraude. Y frente a nuestro discurso está el del PNV, que aboga por dejar las cosas como están, y el del PSE, que aún es peor porque niega la evidencia.

Usted es concejal, si tan sencillo es engañar al Ayuntamiento significa que algo no funciona.

Es evidente. Por ejemplo, habría que cotejar todos los expedientes de ayudas sociales con los policiales. Si no se ataja el fraude, puede que paguen el pato quienes han estado contribuyendo toda su vida si en un momento de dificultad económica necesitan una prestación y no llega.

Pero una persona puede necesitar ayuda tanto si lleva seis meses como cinco años en Vitoria.

Sin duda, pero lo que no tiene sentido es que haya personas que vengan sólo por cobrar las ayudas sociales, nos lo dicen los propios colectivos sociales. Y entiendo que es humano... pero hay que evitarlo.

Dígame alguna cualidad de sus rivales Lazcoz y Urtaran.

Lazcoz lleva veinte años en el Ayuntamiento y debe conocerse la casa. En el caso de Urtaran valoro el arrojo que ha tenido para plantar cara al PNV y decir que sin financiación no puede construirse el BAI Center. Sólo le pido que después del 22 de mayo colabore con el PP para poner orden en una cuestión que pone en riesgo las arcas públicas.

Por último, ¿qué le preguntaría al alcalde Javier Maroto?

¿Qué va a hacer para que 18.000 personas en paro vean la luz al final del túnel?