Yes we can!, clamó Barack Obama durante toda la campaña, y arrasó contra todo pronóstico. Por el cambio, defendió una y otra vez Felipe González, y se granjeó un apoyo popular que le mantendría en el poder más de 14 años como vía de escape ante las sombras del franquismo. Es el marketing político, la herramienta que mueve los hilos de todas las campañas electorales; la que orquesta desde las bambalinas de la escena esa dulce danza de sintonías pegajosas, mensajes, colores y formas con la que los partidos tratan de seducir al votante durante las dos semanas que dura esta alocada carrera.

Tres expertos en esta disciplina que han trabajado en anteriores campañas para los principales partidos -y que ahora piden mantenerse en el anonimato para poder hablar libremente de sus asesorados- analizan para DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA esta cuestión desencriptando las claves y los trucos que se esconden tras los carteles electorales que ahora inundan las calles. Les llamaremos simplemente Mikel, Luis e Iñaki.

confrontación definida

"Como Pepsi y Coca-Cola"

Como una imagen vale más que mil palabras, los partidos eligen cuidadosamente el color que mejor define su apuesta electoral, el breve mensaje que debe resumirlo, e incluso el tipo de letra que les puede acercar mejor a sus votantes potenciales. Vayamos partido a partido.

Socialistas y populares tienen una imagen de marca muy bien definida que sufre pocos cambios de campaña en campaña. Como explica Luis, "hace muchos años que tanto PP como PSOE han optado por el empleo de colores opuestos", azul y rojo, entablando así lo que resume gráficamente como "una guerra cromática similar a la que desarrollan marcas como Pepsi y Coca-Cola".

En el caso del PP, el azul busca enviar un mensaje de "estabilidad y seriedad", un mensaje tranquilo. Tanto que llega a rayar "en lo soso", advierte Iñaki, pero claramente contrapuesto al rojo que simboliza "la pasión, el movimiento y el dinamismo", como coinciden en subrayar los tres expertos. En los populares alaveses, llama su atención el hecho de que hayan definido un eslogan propio para este territorio, Estamos preparados, con el que buscan transmitir que su paso por la oposición en el Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación foral ha sido "sólo un paso atrás para coger carrerilla", para recuperar estos gobiernos, que les permite ofrecer "un equipo competente y eficaz", lo que para Mikel es "un acierto". Además, la tipografía elegida, tan sencilla que huye de las letras mayúsculas, busca trasmitir la imagen de un partido humilde y cercano al ciudadano, ajeno a la imagen estirada que a veces se tiene de los políticos. Sobre todo de aquéllos que nunca salen de casa sin su traje y su corbata.

En el caso del PSE, Luis subraya que la imagen de campaña "apenas ha variado desde la victoria de Zapatero" en 2004. Sobre fondos negros, una franja rojo PSOE y una tipografía algo innovadora "buscan compensar lo serio con lo moderno", apunta Iñaki. Sin embargo, para Mikel es "una de las más flojas", ya que sigue la estela de las campañas más "simplonas" en las que a un mensaje poco definido le acompaña una presentación "ni imaginativa ni diferenciada" para el electorado concreto; algo que no llega a compensar el mensaje elegido, Por Álava/Por Vitoria.

Llama la atención de los expertos la "sencillez" del eslogan, pero también que sea tan "general" que lleva al PSE a "desaprovechar" la oportunidad de enviar un mensaje concreto que seduzca a los votantes. Además, choca que hayan elegido el mismo mensaje para una institución en la que actualmente gobiernan -el Ayuntamiento- y otra que quieren conquistar -la Diputación-, cuando lo tradicional es que hubieran hecho un mensaje defensivo que subraye la buena gestión hecha en una, y otro ofensivo que les hubiese presentado como alternativa al PNV en la otra.

aire fresco

Verdes, rojos, y multicolores

Más allá de esta guerra entre rojos y azules gestada en las trincheras de Génova y Ferraz, otras formaciones diferencian su imagen de marca rebuscando en la paleta cromática.

Sobre la formación jeltzale, los expertos destacan que confirme su apuesta por el verde como color corporativo, que está muy vinculado en el imaginario colectivo con lo natural y la naturalidad, con lo joven y lo nuevo, en lo que Luis lee como un intento de rebajar la imagen excesivamente seria e institucional de el partido. Las letras coloreadas en diferentes verdes y no estrictamente alineadas también refuerzan el mensaje "fresco" que para Iñaki quiere transmitir un Urtaran que incluso se retrata sin corbata.

A juicio de Luis, su mensaje, El momento de dar lo mejor, es "más implicativo" que el de sus principales rivales y busca "la movilización de su electorado tradicional y de los votantes potenciales", manteniéndose también igual para todos los territorios y municipios, lo que profundiza en la imagen de que el suyo es un "proyecto de país". "Es muy acertado porque lleva un mensaje claro y homogéneo que conecta con su público", coincide Mikel.

Aralar ha teñido de un llamativo rojo su cartel electoral, reflejando así su apuesta por subrayar su perfil "de izquierda", sobre todo en la gestión de la política más cercana. El lema Ireki Bidea (Abre paso) a la izquierda, a la paz,... se presenta como parte de una estrategia que plantea alternativas. "La huella dactilar multicolor refleja el compromiso que han demostrado desde que se escindieron de Batasuna, y el lema, que hay que abrir paso aún a otro modelo; que aún no es la hora de cosechar sino de seguir sembrando", analiza Mikel.

La apuesta de Ezker Batua es la que peor nota saca en este pequeño examen. Para Iñaki, tanto la imagen como el lema, Es posible una Vitoria-Gasteiz (Álava) mejor, si bien subrayan que su propuesta es "alternativa" a lo vigente, están algo "pasados de moda". Para Mikel, es además una ocasión perdida para haberse dirigido a su electorado con un mensaje "menos light" aprovechando "la que está cayendo con la crisis".

Bildu, como hace Aralar con su huella multicolor, vuelve a jugar con los conceptos siguiendo una tradición "metafórica" de gran arraigo en izquierda abertzale. Para Iñaki, ambos venden más "un modelo de país que unos candidatos que quizá no sean muy reconocibles".

En este caso el verde y el blanco presiden un cartel muy "creativo, acogedor, que transmite buen rollo" según Iñaki, y que se centra en el mensaje, el sencillo Bildu Euskal Herria que resume su apuesta por reunir diferentes sensibilidades -las de EA, Alternatiba y la izquierda abertzale tradicional- como resume también el ovillo de distintos colores que ofrecen, en lo que Luis ve también un guiño paralelo a "soltar la madeja del conflicto vasco".

Por su parte, UPyD se ha ido a un "arriesgado" magenta en busca de "diferenciarse e identificarse" mejor ante los partidos entre los que pretende abrirse un hueco. Su mensaje, en el que reivindica que UPyD es el verdadero #votoutil -en un guiño a Internet-, busca responder a esta consigna por la que los partidos grandes tratan de acumular sufragios advirtiendo a los votantes de que no "tiren su voto" en opciones con pocas opciones reales de salir elegidas. Su campaña es igual en todo el Estado, lo que estaría pensado para reflejar su apuesta programática recentralizadora e igualadora de todas las comunidades autónomas.

En definitiva, brochazos de las claves que se esconden tras esos simples carteles que buscan transmitir mil palabras con sólo una imagen y en apenas 15 (largos) días.