"es su gran oportunidad y lo sabe". Ramón Rabanera es uno de los compañeros de siglas que mejor conoce al candidato del Partido Popular a tomar las riendas de la Diputación Foral de Álava. Él le propuso que diera el salto a la política de primera línea para tomar el relevo del proyecto puesto en marcha por el ex diputado general durante los ocho años que gobernó la entidad foral. Ahora, De Andrés lleva las riendas y su pugna ante los estrechos márgenes que conforman los apoyos a PNV, PSE y PP promete emociones.

Pero, ¿cómo ha llegado De Andrés a esta situación? Desgranemos la evolución política de este vitoriano de 43 años.

Periodista de vocación tardía, puso en práctica los conocimientos de comunicación adquiridos en la UPV al servicio del Partido Popular, una formación a la que le ligaban lazos familiares. Su hermano, Juan Carlos, era uno de los tres dirigentes que los populares presentaban en un escueto grupo juntero, y un joven Javier de Andrés desembarcó entonces en la formación conservadora para ejercer de jefe de prensa. Eran años de oposición, de "mucho frío", como tiene costumbre de describir Rabanera. En 1999 cambiaron las tornas y con el PP al frente de la Diputación foral De Andrés conoció de primera mano el cambio en sus quehaceres aunque todavía sin dar la zancada que le llevaría a los puestos políticos.

El ex diputado general recuerda el día que se plantó frente a su pupilo y sin paños calientes se dirigió a él: "Te toca". Era el momento que Rabanera había estado esperando tras comprobar que la implicación de su jefe de Gabinete con el proyecto del PP escondía a un político en ciernes, todo ello después de obtener un no rotundo la primera vez que formuló idéntica pregunta a su pupilo. Los tiempos habían cambiado y De Andrés también. Esta vez no tardó mucho en responder, pero cambió su contestación. Asumió la dirección del Departamento de Obras Públicas y comenzó así su carrera política inmerso en un escaparate del que había sido testigo de excepción durante años.

Su primera tentativa en las urnas tuvo un doble sabor. El dulce, al situarse como candidato más votado en las urnas en las elecciones forales de 2007, pero con un estrecho margen sobre sus inmediatos seguidores -apenas 169 votos separaban a la plancha liderada por De Andrés de la candidatura de Prieto y 610 de Agirre-, y la amargura que le produjo no conseguir los apoyos necesarios, a diferencia del PNV, para tomar el relevo de Rabanera.

El frío volvió al seno del PP. El paso a la oposición fue una nueva prueba en la exigua carrera política de De Andrés, cuatro años que "endurecen", según cuenta el ex diputado general. "Te vacunan de muchas cosas y te hacen entender cuando te toca gobernar que la oposición debe ser razonable", apunta Rabanera.

Un año después de someterse a la criba electoral, los conservadores alaveses le eligieron como número dos de su organigrama interno, por detrás de Alfonso Alonso, exalcalde de la capital alavesa y actual portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados. En calidad de secretario general del PP alavés, el aspirante al sillón foral se ha bregado en el equilibrio necesario para calmar las discrepancias internas y tender puentes a otros partidos en las negociaciones.

Los compañeros de afiliación describen a De Andrés como "una buena persona, honrada y con sentido común". Tres pilares que confía en poder transmitir a la ciudadanía para lograr el acceso al Palacio de la Provincia.