madrid. El Gobierno trasladó ayer al Reino Unido su rechazo al incidente del domingo en el que una patrullera de la Guardia Civil fue interceptada por fuerzas gibraltareñas en aguas de la bahía de Algeciras tras perseguir a una embarcación de presuntos narcotraficantes procedentes de Marruecos. El Ministerio de Asuntos Exteriores, en un comunicado, señalaba que ante el incidente entre unidades del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, por una parte, y de la Policía Real de Gibraltar y la Armada Real británica, por otra, se realizaron durante el día de ayer "las gestiones oportunas" ante el Gobierno británico. Unas gestiones que se llevaron a cabo "a través de los canales diplomáticos habituales para comunicar al Reino Unido la preocupación y el rechazo del Gobierno de España por los hechos ocurridos".

Fuentes cercanas a la Guardia Civil explicaron que la interceptación se produjo después de que, a 3,7 kilómetros de la costa de Gibraltar, se detuviera a los tripulantes de una embarcación que, presuntamente, transportaba droga. Los presuntos narcotraficantes, según las fuentes, habían arrojado fardos por la borda durante la persecución. La lancha implicada en el presunto delito ya había sido amarrada a la patrullera de la Guardia Civil cuando llegaron cinco o seis embarcaciones de la aduana, de la Royal Navy y de la Policía de Gibraltar. Los guardias civiles, según las mismas fuentes, fueron objeto de insultos como "ladrones" y también de amenazas. El incidente concluyó con el regreso de la patrullera española a Algeciras.