madrid. El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón afirmó ayer que la decisión del Tribunal Supremo (TS) de abrir juicio oral contra él por las grabaciones en el caso Gürtel es "no solo precipitada", sino "falta de fundamento". "No está el hecho en decir grandes palabras y afirmaciones cuando éstas están huecas, y eso es lo que sucede en este tema", declaró Garzón a los periodistas antes de impartir en Granada una conferencia sobre derechos humanos y jurisdicción universal.
El Tribunal Supremo (TS) ordenó el lunes la apertura de juicio oral contra el juez de la Audiencia Nacional (ahora suspendido) por los delitos de prevaricación y violación de las garantías constitucionales, al ordenar la grabación de las conversiones que mantuvieron en prisión los imputados en Gürtel y sus abogados. Garzón, que dijo confiar en poder demostrar en el juicio que las imputaciones "no se sostienen", aseguró que tanto su actuación como instructor, como la del juez que continuó su labor, fue "sujeta a la legalidad" y que las decisiones que tomó fueron de acuerdo "con una interpretación de la ley, pero desde luego sin ningún tipo de posibilidad de que se pueda calificar como delito".
Mantuvo también que cuando llegue el momento del juicio quedará "clarificado" que lo que hizo fue investigar "una trama muy poderosa con arreglo a la ley y con cumplimiento de todos y cada uno de los principios que se exige al juez".
Quejas Garzón incidió: "Lo he dicho en mis dos declaraciones, lo digo ahora y lo diré el día del juicio: No tiene nada que ver. Pretender vincular ese aspecto -las grabaciones- con otras pruebas es un atrevimiento, además de que no responde a la realidad". Interrogado sobre si se siente acosado, respondió: "No es cuestión de acoso o no. Yo lo que quiero es que me juzguen ya. Llevo casi un año suspendido. Previsiblemente se me va a duplicar en este caso la suspensión preventiva para por si acaso, y lo que quiero ya es que se me juzgue", incidió.
Afirmó que respeta al Tribunal Supremo, pero insistió en que su decisión ha sido "no solo precipitada, sino además falta de fundamento", y explicó que desde que empezó la investigación sobre su actuación no ha podido probar que "no tiene justificación" porque le han "privado pruebas fundamentales".