damasco. Al menos 19 miembros de las fuerzas de seguridad murieron ayer y otros 75 resultaron heridos por disparos de grupos armados en la ciudad de Deraa, en el sur de Siria, según una fuente del Ministerio del Interior, citada por la agencia de noticias estatal SANA. La fuente explicó que cuando los fieles se dirigía de la mezquita de Al Omari al centro de Deraa tras el rezo del mediodía, hombres armados abrieron fuego contra los agentes y miembros de las fuerzas de seguridad desarmados. "El número de mártires entre las fuerzas de la Policía y la seguridad aumentó a 19 y a 75 heridos por disparos de grupos armados", indicó la fuente a SANA.

Algunos heridos dijeron en declaraciones a la agencia que los disparos fueron efectuados desde las azoteas de las casas y desde detrás de los árboles. Los grupos armados, según la fuente, construyeron barricadas, quemaron neumáticos y lanzaron piedras contra los miembros de las fuerzas de seguridad, lo que obligó a la policía a lanzar gases lacrimógenos. Esta información, que sólo se refiere a las víctimas de la policía, contrasta con las denuncias de activistas de que al menos 17 civiles habían muerto en Deraa al reprimir las fuerzas de seguridad varias manifestaciones. El activista y abogado Haizam Maleh aseguró en una llamada telefónica que la cifra de víctimas era de 17 y que "la Policía y los agentes secretos disparan directamente a los manifestantes". Previamente, un vecino de esa localidad dijo que el Ejército sirio había abierto fuego contra los manifestantes para intentar dispersar a los miles de personas que tras la oración del mediodía iniciaron marchas de protesta. Siria es escenario desde mediados del pasado mes de marzo de protestas políticas, que, según distintas ONG, se han saldado ya con más de cien muertos, 22 de ellos se habrían producido en Deraa, en el transcurso de las protestas en las que también murieron 19 policías.

En Deir al Sor, próxima a la frontera con Irak, las tropas se lanzaron a golpear a los manifestantes. En la ciudad portuaria de Latakia y en la pequeña localidad de Banias, en el norte del país, se manifestaron cientos de personas tras el rezo del viernes.