DONOSTIA. Ibáñez Oteiza, natural de Eibar, de 55 años, huyó de su domicilio en 1989 a raíz de la desarticulación del "comando Eibar". En 1992 fue detenido en Uruguay y extraditado a España tres años más tarde para ser juzgado por un asesinato del que fue absuelto, por lo que quedó en libertad y regresó al país sudamericano.
En enero de 2007 fue detenido en París a donde había llegado procedente de Montevideo. Un año más tarde fue extraditado a España reclamado por otro asesinato. El 12 de junio de 2008, el juez Baltasar Garzón le concedió la prisión atenuada a causa del cáncer que padecía.
En 2009 fue condenado a 27 años de prisión por cooperar con el 'comando Eibar' de ETA en el asesinato del industrial Patxi Zabaleta en junio de 1988.
Tras permanecer dos años en prisión atenuada, Ibáñez pidió poder salir unas horas al día de su domicilio por considerar que le convenía caminar. Como consecuencia de esto, la Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitó el reingreso en prisión del reo, ya que allí "tendría oportunidad de caminar".
La petición fue finalmente aceptada por el juez, que decretó su traslado al penal de Martutene en octubre de 2010. Sin embargo, el pasado mes de enero, el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria decretó su libertad condicional "por la grave situación sanitaria" en que se encontraba a causa de su enfermedad.
El magistrado José Luis Castro Antonio justificó su decisión por la "poca o nula capacidad" de Ibáñez Oteiza "para tomar decisiones, resolver problemas o enfrentarse a las incidencias cotidianas", tal y como recogía el informe médico forense emitido por el Ministerio Fiscal.
El Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria creía que la estancia en la cárcel "puede provocar el acortamiento de las expectativas de vida" por lo que decidió aprobar la propuesta de libertad condicional solicitada por la Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario de Donostia.