MAdrid. Felipe González encontró ayer un buen abogado defensor en el Fiscal de la Audiencia Nacional. Después de que Miguel Ángel Planchuelo y José Amedo apuntaran directamente hacia él y aseguraran ante el juez que el expresidente español estaba "detrás de todo" en los GAL, el representante del Ministerio Público aprovechó la última jornada del juicio contra el exjefe superior de Policía de Bilbao para sacar la cara el exdirigente del PSOE. Según recordó Pedro Rubira en su intervención final, González -al que muchos apuntan como la X que falta por aclarar- no pudo ser culpado por el Supremo de crear los Grupos Antiterroristas de Liberación en la sentencia por el secuestro de Segundo Marey, ya que el Alto Tribunal no encontró los indicios suficientes para relacionarlo con la guerra sucia.

"Este Ministerio Fiscal está acostumbrado a escuchar al señor Amedo decir que la culpa la tiene el expresidente del Gobierno cuando el Supremo ya dijo que con esos indicios no se puede imputar a González hechos de naturaleza tan grave", destacó el fiscal al pedir la absolución del exjefe superior de Policía de Bilbao por los atentados de los GAL en los bares Batxoki y Consolation en 1986 en Iparralde. Aunque Rubira comenzó su alegato señalando que no iba a defender a Planchuelo, destacó que la fuente directa que podía implicarle, los expolicías José Amedo y Michel Domínguez (ya condenados por estos atentados a 108 años de prisión) han asegurado en el juicio que el acusado no participó en esos hechos, con lo que "las pruebas directas no implican a Planchuelo".

Antes de que el juicio quedara visto para sentencia, el acusado hizo uso de su derecho a la última palabra para declararse inocente y hacer alguna puntualización a lo declarado por ciertos testigos, fundamentalmente lo relatado por el periodista Melchor Miralles respecto a la relación del acusado con el también periodista Ricardo Arqués, del que dijo que sólo le vio una vez. Por su parte, Begoña Lalana, abogada de la acusación popular, que pide para Planchuelo 114 años de cárcel, esgrimió como principal prueba contra el exjefe superior de Policía de Bilbao un comunicado manuscrito en el que aparecía la expresión Aquí GAL y que los peritos expertos en grafología atribuyeron al acusado.

"La intención de los GAL era presionar a Francia y no se puede coaccionar a un país para que cambie su política por muy legítimo que sea", expuso Lalana al considerar que "la guerra sucia" contra ETA pudo hacer peligrar las relaciones de España "con otros países de su entorno".

La defensa de Planchuelo, que ha ejercido el abogado José Aníbal Álvarez, lamentó que se estén juzgando ahora hechos de hace 25 años en los que su defendido "no ha tenido nada que ver y así se ha demostrado". "La actividad acusatoria ha brillado por su ausencia", añadió el abogado al criticar que en este juicio "hemos hablado de todo, menos de los atentados". Según Álvarez, "de lo que hizo Amedo, Planchuelo no puede ser responsable y mucho menos 25 años después", y subrayó que el expolicía, al ya estar condenado, podía haber inculpado a su defendido porque ya "le da igual", pero en su declaración dijo lo mismo que cuando declaró ante Garzón.

Planchuelo, para el que la acusación popular pide 114 años de cárcel, reiteró su inocencia en su alegato final