vitoria. Xabier Agirre afronta su primera reelección como diputado general de Álava con dudas sobre el efecto que tendrá en el electorado la presunta trama de corrupción en la que se han visto implicadas más de una docena de personas ligadas al PNV. Entre ellas, un nombre propio: Alfredo de Miguel, el exresponsable de Administración Local y Equilibrio Territorial cuyo comportamiento supone una "absoluta deslealtad" para Agirre.
A diferencia de otros dirigentes jeltzales, el diputado general optó por romper el silencio que limitaba el discurso peneuvista a la presunción de inocencia de los imputados para añadir a este mensaje su aviso a navegantes: "tolerancia cero" ante posibles irregularidades o delitos relacionados con el ente foral alavés.
A la espera de conocer el camino que seguirá este caso en los tribunales, Agirre recordó que las primeras conclusiones políticas derivadas de la Comisión del caso Zambrana, una ramificación de Miñano, han puesto de manifiesto que en la actuación del Gobierno foral "no existe ilegalidad o delito alguno". El dirigente jeltzale reitera que las decisiones de la Diputación en la recalificación de unos terrenos correspondientes a este municipio se hizo de acuerdo al dictamen de los técnicos forales.