bilbao. Uno tiene la impresión de que cada vez pintan menos los comunicados de ETA.
Consecuencia lógica del desencanto y de la frustración general. La profusión de comunicados en los últimos meses es muy notable y en todos se echa en falta un paso realmente más decisivo.
Parece que hemos vuelto mucho más la mirada hacia lo que es estrictamente la política.
Probablemente, porque ahí esté la clave. No hay que olvidar que si se ha sostenido que el final de ETA debía venir por la vía del desestimiento, debía ser necesariamente la falta de apoyo social y de apoyo político a ETA la clave para que se condujera finalmente a ese desistimiento.
Este previsible final de la violencia lo que va a traer es mucho trabajo para ustedes, que están trabajando con las víctimas muy de cerca.
Lamentablemente, el trabajo con las víctimas se realiza, sobre todo, en el momento inmediato a producirse el acto de la victimización. Es verdad que también hay un trabajo colectivo que hace referencia a lo que suponen y a lo que constituyen las víctimas, pero no creo que haya una tarea específica de especial relevancia a partir del final de la violencia.
Se lo digo porque parece que todavía se esté buscando un encaje al papel que deben jugar las víctimas en el final del ciclo de la violencia.
Es que igual es un error hablar del papel de las víctimas en ese proceso de final de violencia. Yo no creo que tengan que tener un papel específico, lo que hay que hacer en ese proceso de final del terrorismo es respetar sus derechos, nada más.
Lo que pasa es que algunas organizaciones de víctimas sí quieren jugar un papel político.
Yo comparto la opinión de quienes piensan que a las víctimas hay que escucharlas también en el proceso de final de violencia, pero que su opinión en todo lo que tiene que ver con la política antiterrorista no es distinta a la de cualquier otro ciudadano.
¿Cómo de reparador es para una víctima la petición pública de perdón?
La experiencia a la que hemos asistido es la de la petición de perdón desde las instituciones vascas y desde la sociedad vasca en el acto que organizó el Gobierno Vasco en 2007. Para las personas que acudieron allí fue muy gratificante y realmente reparador. Hay gente a la que le planteas si a ti te pidiera perdón el asesino de tu marido, tú cómo lo recibirías, y hay gente que dice que no lo necesita, que no quiere. Hay otra gente que dice que realmente le podría ayudar.