Berlín. El gobierno alemán decidió ayer retirar todas sus fuerzas de las operaciones de la OTAN en el Mediterráneo, después de que la Alianza Atlántica, por la mediación de Obama y Cameron (convencieron a Sarkozy) decidiera sumarse a las acciones de la coalición internacional en Libia. Un portavoz del Ministerio de Defensa germano confirmaba a última hora de la tarde que las dos fragatas y los dos barcos de apoyo, con un total de 550 soldados, que operaban en el Mediterráneo bajo bandera de la OTAN serán puestos nuevamente bajo mando nacional. Asimismo los 60 a 70 soldados alemanes que hasta ayer desempeñaban una misión de reconocimiento con aviones Awacs en la región cercana a Libia serán retirados.

Con esta decisión la canciller alemana, Angela Merkel, quiere dejar dos cosas claras: por una parte que ésta no es la guerra de Alemania y, por otra parte, acallar el debate interno en su propio partido sobre la si fue correcta o no la decisión de abstenerse en el Consejo de Seguridad de la ONU en la votación de la resolución 1973. Y es que horas antes de conocerse esta decisión, Merkel dijo sentirse "triste" porque la decisión de su Gobierno de abstenerse en respaldar este conflicto haya provocado una división en su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU). "Nuestras discusiones sobre el voto sobre Libia me entristecen", aseguró Merkel ante su grupo parlamentario en una reunión a puerta cerrada. La jefa del Ejecutivo alemán exigió a sus parlamentarios zanjar ese debate interno y pidió unidad y disciplina ante una decisión de política exterior que ella y el vicecanciller alemán, el liberal Guido Westerwelle, suscribieron plenamente. La canciller explicó que un voto favorable a la resolución de la ONU hubiese supuesto una "implicación militar directa", lo que entraña un "grave riesgo implícito", para los intereses germanos.

Erdogan Pero no es sólo Alemania la que cuestiona en el seno de la Alianza Atlántica el papel que parece estar adoptando la OTAN, también lo hace Turquía. Según destacó ayer su primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, "la intervención militar en Libia no debe derivar en convertir al país africano en un nuevo Irak".

"Tenemos algunas condiciones si la OTAN va a intervenir en Libia", indicó Erdogan. "La OTAN tiene que ir allí para subrayar que Libia pertenece a los libios, no para distribuir los recursos subterráneos y la riqueza entre otros", advirtió. Erdogan, quien reveló que ha conversado sobre este tema con el presidente estadounidense Barack Obama, insistió en que no se plantea que los aviones turcos "bombardeen a los libios". "Estados Unidos quiere incluir a la OTAN en la operación (militar) y espera nuestra respuesta. No participaremos como una fuerza de guerra", aseguró el primer ministro del país eurasiático, miembro de la OTAN y estrecho aliado del Gobierno de Washington.

Erdogan recalcó que la resolución de la ONU que autoriza la intervención en Libia se refiere exclusivamente al cierre del espacio aéreo y a la ayuda humanitaria y no a operaciones militares como se están llevando a cabo contra objetivos en tierra como el palacio presidencial de la capital, Trípoli.