El ex número uno de ETA, Garikoitz Aspiazu Rubina, Txeroki, no estuvo en la escena del crimen en el que el 1 de diciembre de 2007 fueron asesinados los guardias civiles Fernando Trapero y Raúl Centeno, según la instrucción de los hechos llevada a cabo por la juez antiterrorista francesa Laurence Levert.