vitoria. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó ayer al Estado español a indemnizar con 23.000 euros a Aritz Beristain Ukar por no haber investigado los malos tratos que denunció haber sufrido tras ser detenido por la Guardia Civil en 2002 por su presunta implicación en actos de kale borroka. "Cuando un individuo denuncia haber sufrido a manos de la Policía o de otros servicios del Estado graves daños (...) se requiere la puesta en marcha de una investigación oficial efectiva", sentencia Estrasburgo.

Según el tribunal, España violó el artículo 3 (Prohibición de la tortura) del Convenio Europeo de Derechos Humanos) desde el punto de vista procedimental por no poner inmediatamente en marcha "una investigación profunda y efectiva" de los malos tratos que denunció haber sufrido Beristain, nacido en 1980 y residente en la localidad guipuzcoana de Hernani.

Sin embargo, la sala no resuelve con claridad si durante su arresto se produjeron violaciones de ese mismo artículo desde el punto de vista sustancial, el que abordaría si se cometieron o no torturas, ya que, según explica, "los elementos de que dispone no le permiten establecer más allá de toda duda razonable" la existencia de estas torturas.

el relato de los hechos Beristain denunció tras ser arrestado que la Guardia Civil le sometió a "malos tratos" durante el tiempo que estuvo en su poder, entre ellos "golpes en la cabeza, sesiones de asfixia con una bolsa de plástico alrededor de la cabeza, humillaciones y vejaciones sexuales y amenazas de muerte y violación". Su demanda, presentada por los abogados Didier Rouget y Aiert Larrarte Aldasoro, también denunciaba que no se hubiera producido ningún tipo de investigación tras las denuncias presentadas en las diferentes instancias del Estado español.

Durante su detención del 5 al 10 de septiembre en San Sebastián y en la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid, Beristain fue examinado en cinco ocasiones por un médico. En el primer examen se detectó "una herida lineal de 1,5 centímetros en el lado derecho de la cara, a la altura de la mandíbula (erosión malar)". Durante el trayecto entre Donostia y Madrid, el demandante alegó que "los agentes le colocaron una bolsa en la cabeza" y le torturaron psicológicamente profiriendo continuas "amenazas contra su familia". Ya en Madrid, "recibió golpes con una pistola", y "le introdujeron un objeto por el ano".

Beristain no denunció estos hechos ante el médico forense ya que, según alegó, tenía "miedo" a hablar ante "los agentes de la Guardia Civil que le vigilaban".

otras críticas internacionales La Sala Tercera del Tribunal utiliza en la sentencia que se conoció ayer los mismos argumentos que en la sentencia hecha pública hace seis meses ante la demanda interpuesta por el preso de la banda terrorista ETA Mikel San Argimiro, que denunció torturas tras su detención. De hecho condena al Estado español a pagar al denunciante una sanción económica idéntica a la que dictó en el caso de San Argimiro, censurando así la desidia que muestran las instituciones españolas ante casos como éste, que habitualmente liquidan encuadrándolas en una "estrategia" victimista del MLNV para erosionar al Estado.

Sin embargo, esta sanción del ámbito europeo no es la primera, ya que diversos organismos internacionales como Amnistía Internacional o incluso la Organización de Naciones Unidas vienen denunciando reiteradamente que los derechos de los detenidos no quedan totalmente garantizados en las cárceles españolas, especialmente, como en este caso, durante el periodo de incomunicación.