vitoria. El consejero de Interior, Rodolfo Ares, afirmó ayer que extenderá "la política de tolerancia cero" al ámbito de las protestas laborales en la calle, tras afirmar que en la huelga general del 27 de enero "hubo quien salió a provocar sabotajes, a coaccionar a trabajadores, empresarios y comerciantes, y a insultar y arrojar objetos a la Ertzaintza".
Ares acudió al Parlamento a petición del parlamentario de EA Juanjo Agirrezabala, quien acusó a la Policía vasca de "tensionar la situación" tras proyectar un vídeo en el que se veía el enfrentamiento entre un agente y el parlamentario de Aralar Mikel Basabe. Agirrezabala criticó que el número de agentes desplazados a las manifestaciones de Bilbao y Gasteiz, y su cercanía con las cabeceras de la protestas, precipitaron los acontecimientos. Mientras, en San Sebastián, con un dispositivo menor, "no pasó nada".
Ares afirmó que la Ertzaintza "no puede mirar para otro lado", y pasó a enumerar parte de los incidentes de la jornada, como los ataques a las cocheras de Bilbobus y Bizkaibus, el cruce de contenedores en Llodio, el lanzamiento de pescado al suelo en Pasaia, o la interrupción de la línea de Renfe en Güeñes, además de un ataque "con bates de béisbol" a una sucursal bancaria. El consejero afeó a Agirrezabala que no lamentara estos hechos, y proyectó un vídeo en la entrada de El Corte Inglés de Bilbao en el que un grupo de piquetes arrincona a unos policías, que acaban deteniendo a un manifestante.
El titular de Interior justificó además la comunicación a Mikel Basabe, en mitad de un Pleno de control, de que la Ertzaintza le había denunciado por desobediencia. Ares afirmó que se le había remitido el informe sobre los incidentes esa misma mañana y que si no lo hubiera comunicado en el Parlamento -lo hizo desde la tribuna, precisamente en una réplica a Basabe- le hubieran acusado de "ocultar información".