¿Cómo se ve la actividad parlamentaria desde la Mesa, sin tomar parte en los debates?
Quizá es de las cosas que más me están costando, el asumir que ya no participas en los debates, después de once años muy involucrada. Llegando ya casi al ecuador de la legislatura, la verdad es que creo que hemos conseguido cada uno situarnos en nuestro propio papel, incluida yo misma. Al principio fue un cambio difícil para todos, puesto que la oposición pasaba a ser Gobierno y quienes estaban como grupo de Gobierno pasaban a la oposición. El PP en ese apoyo al Ejecutivo tiene que recolocarse, y creo que lo hemos conseguido. La legislatura está siendo razonablemente tranquila, y con mucha actividad parlamentaria, muy centrada en los problemas de la gente, que es lo que interesa. La verdad es que hago un balance positivo, en general está siendo una legislatura muy activa, con mucho trabajo.
¿Cuáles son para usted los principales hitos en lo que llevamos de legislatura?
Ha habido momento importantes, en los que ha habido más intensidad. Puede ser, y parece lejanísimo, cuando ETA asesinó a Eduardo Puelles, fue un momento muy duro. Lo pudimos compensar con ese Día de la Memoria de las víctimas, y luego estuvo el XXX aniversario.
En su papel institucional viaja mucho por el Estado. ¿Cree que el Gobierno de Patxi López ha cambiado la imagen de Euskadi fuera?
En general, en el resto de España, a los vascos se nos tiene en muy alta estima, se nos admira como una gente emprendedora cuyos datos económicos, en un momento de crisis, son buenos. Siempre he percibido esto, es verdad que el cambio de Gobierno se puede ver de una forma positiva, pero sobre todo lo que trato de trasladar es que no somos ni peores ni mejores. El hecho de que hayamos tenido este terrorismo nos ha hecho sobrevivir, y a veces habrán visto actuaciones o actitudes de los vascos que no habrán entendido, pero es que el yugo del miedo hace que intentes sobrevivir. En situaciones límite cada uno lo hace como puede, y desde fuera pueden decir que habría que haberse plantado antes, pero luego vivir el día a día es complicado. Eso intento que entiendan. También hay mitos y trazos gruesos que son injustos. Me preguntan mucho por la ikastolas, y es verdad que ha habido momentos en los que ha habido situaciones conflictivas, pero hay muchos profesores y ikastolas que lo que quieren es formar a los alumnos. Hay determinados medios de comunicación o comentaristas que se pasan de frenada y eso revierte negativamente en todos los vascos.
¿Ve a Sortu en el Parlamento dentro de dos años?
Yo espero que funcione el Estado de Derecho, que los mecanismos de los que nos hemos dotado sirvan para lo que se crearon. Creo que eso es lo que desea la mayoría de los ciudadanos, que no volvamos a esa situación en la que un grupo parlamentario no condene la violencia. No nos podemos permitir en una democracia el que algunos no sigan la reglas del juego.
¿Si tienen que estar que estén si no tienen que estar que no estén?
Sí, pero todos sabemos en qué condiciones y cómo van a estar. Hay determinadas personas que tienen intereses en enredar, cuando sabemos cuál es el paso definitivo, lo hemos visto en otros grupos, que vienen de dónde vienen y nadie tuvo ningún problema ni con sus estatutos ni con las personas que conformaban esas listas, como es el caso de Aralar. ¿Por qué? Porque hubo un posicionamiento claro, y en este caso sabemos que están jugando con las palabras, intentando no decir lo que no quieren decir, porque no pueden decirlo. Todo lo demás es un enredo.
Su partido dice, por un lado, que no cree en las intenciones que proclama el nuevo partido, pero por otro se muestra dispuesto a ser generoso si van en serio. ¿Cuál es su opinión?
Veo perfectamente compatibles las palabras de Oyarzábal y las de Barreda. Leopoldo se refiere al momento que vivimos ahora, e Iñaki está en ese futuro que tenemos que trabajar para que llegue, y por eso es tremendamente injusto que se nos acuse de que no queremos que acabe ETA. Todo lo contrario, pero no queremos que sea a través de un engaño como el que se nos está planteando. No creo que haya nadie en el mundo que tenga más ganas que nosotros de que acabe ETA, pero sabemos también que tiene que acabar bien, cumpliendo las reglas del juego, porque si no no acabará. Establecer mesas de diálogo es prepararles la pista de aterrizaje, y eso es lo que no puede ser, que esto acabe en una negociación. Ahora la estrategia ha variado, en función de las condiciones y de la situación, y ya no es ETA la que se incluye en la negociación, van a intentarlo a través de Sortu, haciendo ver que no son lo mismo, pero que hasta ahora lo eran. Se ve toda la intencionalidad, pero es verdad que en el PP, por supuesto, estamos preparados y deseando que llegue ese momento en el que ETA desaparezca, que todos los partidos sean plenamente democráticos y podamos dialogar como se dialoga en el Parlamento. Eso sería lo ideal, pero hasta ese momento vamos a ser muy exigentes, vamos a apretar desde la democracia todo lo que podamos. Unos creen que hay que trabajar para ponerles todas las pistas de aterrizaje posibles, y nosotros creemos que hay que ir desde la exigencia, apretarles para que asuman las reglas, porque han hecho mucho daño y están haciendo mucho daño.
Loza (PSE) y Egibar (PNV) se acusan mutuamente de estar incómodos ante una eventual legalización. ¿Hasta qué punto puede Sortu alterar el equilibrio de fuerzas en la CAV?
Esto son un poco juegos de trileros. Lo que hay que garantizar es que los partidos sean plenamente democráticos, y luego ya se verá. Yo entiendo que el mundo nacionalista se puede poner nervioso, mira Nafarroa Bai, ¿por qué lo que allí no quieren que se produzca quieren que se produzca en el País Vasco? ¿Por qué no quieren que la izquierda abertzale esté allí? No le han dejado, y hay múltiples motivos, porque les contamina, porque saben que no han abandonado la violencia y porque van a fagocitar a Nafarroa Bai. Los que tienen el problema no somos los del PP.
¿Qué expectativas tiene para su partido en las elecciones de mayo?
Nosotros somos optimistas, porque vamos viendo una tendencia, hemos sido capaces en poco tiempo de salir de esa trinchera en la que estábamos. Entre todos nos habían metido allí, pero nosotros también habíamos contribuido a quedarnos en esa trinchera. Hemos sido capaces de aprovechar esa situación para salir de ahí y de decir cosas que luego se considera que rompen el discurso del PP. No es así, lo que pasa es que tenemos que poder decir lo que pensamos y no tener miedo a que se pueda interpretar de una u otra manera, porque lo que importa es que el ciudadano perciba que somos capaces de entender cuál es la coyuntura del País Vasco, cuáles son sus problemas y de ser útiles para solucionarlos.
¿Es partidaria de reeditar el acuerdo de bases al resto de instituciones?
Lo primero es ver los resultados. Hay gente que cree que la unión nuestra es juntar dos siglas, pero hay mucho más por detrás. Para sellar un acuerdo tiene que haber voluntad, un proyecto y que las personas que tienen que unirse tengan feeling. Te puede ocurrir que los números den pero no se den esas otras circunstancias, igual sí se dan con el del PNV, puedes dejar de lado asuntos en los que no te vas a poner de acuerdo si encuentras otros con los que generar un proyecto para una ciudad. Yo soy de la opinión de que no tenemos que cerrarnos. Si este pacto es bueno para el Gobierno Vasco no sería coherente decir que sea malo para otras instituciones, pero en los ayuntamientos se pueden dar circunstancias muy distintas que hay que tener en cuenta y saber valorar.
¿Cree la comisión del "caso Miñano" ha perjudicado a la imagen del Parlamento? ¿Cabe la autocrítica desde la propia institución? ¿Se podría, legalmente, levantar ya el secreto de las comisiones de investigación?
Es lógico que haya tensión, porque el PNV no lo está pasando nada bien, nosotros pasamos una campaña electoral con todo el Gürtel y sabemos lo que es eso, y aquí además hemos tenido dos comisiones de investigación muy seguidas. Que el PNV y los comparecientes traten de deslegitimar al Parlamento es lógico, pero hay que analizar si en realidad es así o no. En cuanto a las filtraciones, siempre las ha habido, por esa ridiculez de que las comisiones sean secretas. La indefensión del compareciente está en que vas a filtrar lo que a ti te parezca. En la de Margüello hubo un momento en que existía un dossier perfectamente elaborado con los documentos que obraban en poder de la Comisión. Yo ahí dije que igual tenía que ir a la Fiscalía, a ver si alguien se ponía nervioso y no lo volvía a hacer, porque hay una obligación de comparecencia, pero también hay una obligación de secreto, por eso fui tan dura. Ahí se pararon un poco las cosas, y luego está el tema de que cada compareciente pedía que se salvaguardara su derecho a la imagen, y eso es muy complicado. Me siento incapaz de dar una orden por escrito diciendo a los ujieres que impidan la labor de los periodistas. ¿Qué hacemos, poner un biombo? Sería ridículo. Tampoco estamos preparados para sacar la Comisión fuera, salvo en el caso de los ertzainas, ¿cómo se casa que los comparecientes no vengan al Parlamento? Conseguiremos alguna solución, física no, pero de momento a mí me dicen que tienen que ir al Parlamento. No está siendo fácil, cada parte utiliza los instrumentos que tiene en su mano, dicen que es un juicio paralelo, pero yo tengo velar porque se cumpla el Reglamento.
¿Las citaciones se han enviado correctamente a los comparecientes?
Sí. Cuando vi publicado su queja llamé rápidamente a los servicios de la Cámara, porque podía haberse producido un error, y me quedé tranquila. Otra cosa es que si no quieres que te encuentren, no te encuentran. Pero nosotros no nos pillamos los dedos en eso, y menos los funcionarios.