Bilbao. El PNV reaccionó ayer a la presentación de la nueva marca de la izquierda abertzale con un llamamiento al Gobierno español para que no ceda ante las presiones del PP y registre el nuevo partido en plazo reglamentario para poder acceder a las urnas. El esbozo de los estatutos acredita, a falta de conocer el contenido estricto de los mismos, los requisitos exigidos en la legislación vigente, según el PNV, por lo que los jeltzales no ven motivo alguno para reeditar el veto judicial actual contra los representantes de esta corriente ideológica.

El partido liderado por Iñigo Urkullu estuvo representado ayer en calidad de observador por cinco miembros, entre ellos sus dos representantes en la Mesa del Parlamento Vasco. Acogieron "positivamente" el "punto de inflexión" que para los peneuvistas refleja la inclusión de ETA en el rechazo a la violencia explicitado en el acto del Palacio Euskalduna, por lo que consideran que el próximo movimiento en manos del Gobierno de Zapatero debe contar con "valentía y altura de miras" para no dejar pasar la "voluntad y deseo" de los promotores de la nueva formación abertzale de cara a contribuir a la definitiva desaparición de cualquier clase de violencia y, en particular la de ETA, de la esfera vasca. En este sentido, en un comunicado enviado tras la Ejecutiva semanal del EBB, los burukides manifestaron su disposición a "abrir un diálogo" con la nueva formación para definir las medidas que puedan derivar en la consecución de los citados objetivos y llevar a buen puerto la apertura de "un nuevo tiempo de esperanza" que asocian a la "ruptura" con el pasado de la izquierda abertzale.

Horas antes de que comenzara el acto en el Palacio Euskalduna, el presidente jeltzale, Iñigo Urkullu, reiteraba ante las cámaras de Telecinco su convicción de que, de una forma u otra, la izquierda abertzale ahora ilegalizada estará en las urnas. Aseguró que de forma previa a este plácet, PSOE y PP son "conscientes de los tiempos que tienen que gestionar", con un pacto en Euskadi entre ambos partidos que podría sucumbir ante la presión que los populares trasladan con insistencia a sus socios por el cambio para evitar que las planchas abertzales alcancen los colegios electorales. Por ello, sospechó que detrás de estas aparentes discrepancias se esconde "un cálculo electoralista para sumar unas mayorías que no reflejan lo que es la mayoría de la sociedad vasca".

Respecto al papel que debe jugar la izquierda abertzale, Urkullu aseguró que esta corriente también "necesita ir gestionando su tiempo, pero todos somos conscientes de que, de una u otra manera va a estar en las elecciones".