madrid. Los presuntos miembros de Segi Ekaitz Samaniego y Adrián Donnay negaron ayer pertenecer a la rama juvenil que los tribunales asocian a ETA y haber participado en un ataque con cócteles molotov contra una marquesina del tranvía en Vitoria, en septiembre de 2009. Así lo expusieron ambos, para los que el fiscal pide 14 años de cárcel, en el juicio que se celebró en la Audiencia Nacional.
Como coartada, Samaniego explicó que ese día estuvo haciendo deporte con unos amigos en el parque de Arriaga -junto al lugar donde estaba ubicada la marquesina- y que por la noche se encontró casualmente con Donnay en un bar, pero que no estuvieron juntos cuando se produjo el ataque al elemento urbano. Por su parte, Donnay mantuvo que el día de la explosión estuvo organizando la "excursión a un caserío" de los niños a quienes impartía clases extraescolares y que después se reunió con una amiga de la universidad.
"Día delicado" Los hechos tuvieron lugar el 28 de septiembre de 2009, noche del Aberri Eguna, que suele ser un "día delicado" por los actos de violencia callejera, según declaró un policía. Nada más producirse este hecho, un testigo de lo sucedido alertó a la Ertzaintza de que dos hombres habían lanzado un cóctel molotov contra la marquesina, lo que motivó la detención inmediata de Samaniego cuando se dirigía a su casa huyendo de los agentes. El fiscal pide para ambos nueve años por integración en la organización terrorista ETA por ser miembros de Segi y cinco años por delito de incendio terrorista, así como que indemnicen a la empresa Eusko Trenbideak-Ferrocarriles Vascos con 54.140,44 euros por los daños.