vitoria. "En este caso, el orden de los factores sí afecta al producto final, ya que si no se empieza por trabajar con transparencia no puede haber participación ciudadana". Ésa es la premisa que guía los pasos de Irekia ahora que se cumple el primer aniversario de su puesta en marcha como herramienta fundamental del Open Government; el Gobierno Abierto con el que el Gabinete López se comprometió a acercar su labor ejecutiva a los ciudadanos.
La responsable de Participación Ciudadana del Gobierno Vasco, Nagore De los Ríos, fue la encargada ayer de dar cuenta del balance que el propio Ejecutivo hace de la andadura de Irekia en este su primer año de existencia. Y, según coincidió en destacar con el secretario general de Presidencia, Manuel Salinero, Irekia ha aprobado con nota. Ha recibido 340.000 visitas, ha acercado el día a día del Ejecutivo a la ciudadanía dando cuenta de sus trabajos a través de Internet, ha sido reconocida en foros internacionales -e incluso emulada por otras administraciones- y ha recibido seis propuestas de los internautas que están "en desarrollo o aceptadas".
los retos de la segunda fase De los Ríos celebró estos datos pero, para no quedarse en la "autocomplacencia", dibujó los retos que Irekia deberá afrontar en el futuro.
Tras dar por superada la tendencia al "oscurantismo" con la que los diferentes gobierno tratan de proteger su gestión, el más inmediato ahora es que los ciudadanos participen cada vez más de su gobierno. En este sentido, De los Ríos explicó que al calor del verano se pondrá en marcha una segunda versión de esta web, pensada para que la ciudadanía "tenga una visión más realista de lo que es y hace el Gobierno".
Reflejando precisamente una de las aportaciones ciudadanas que ha recibido, la nueva Irekia incluirá desde el año que viene un "seguimiento y evaluación" del cumplimiento que el Gobierno Vasco va dando a sus promesas electorales. Un reto "complicado", según reconoce De los Ríos, pero necesario para seguir acortando la brecha que aún separa a los gobernantes de sus gobernados y que se plasmará en otras iniciativas para aumentar la transparencia de la gestión pública como la que llevará al Gobierno a dar cuenta de los términos de cada contrato que adjudique; algo en lo que Irekia está ya inmersa "de lleno".