Túnez. El presidente tunecino, Zine El Abidine Ben Alí, llegó la noche del viernes a Jeddah (Arabia Saudí) tras verse forzado a abandonar el país magrebí por el agravamiento de la revuelta popular en su contra, confirmó ayer la Casa Real saudí a través de un comunicado. En la nota, el Gobierno saudí señala que, debido a las excepcionales circunstancias que vive el pueblo de Túnez "han recibido en su país a Ben Ali y a su familia".

El Ejecutivo saudí expresa, asimismo, su deseo de que se alcance "la seguridad y la estabilidad" en Túnez. Además, mostró su apoyo a "cualquier acción que beneficie a la población del hermano Túnez" y su esperanza a que se supere "esta difícifícil situación".

Tras la huida de Ben Ali del país, se especuló con su ingreso en Italia y Malta, países que negaron haber tenido notificación alguna de la llegada del presidente tunecido a bordo. La intención inicial del exmandatario era aterrizar en Francia, sin embargo, ante la negativa de Nicolas Sarkozy, un avión tunecino fue autorizado para tomar tierra y respostar en el aeropuerto de Cagliari, Cerdeña, a las 22.00 horas, lo que despertó las sospechas de que Ben Ali fuera a bordo. Pero tres horas después, el avión regresó a Túnez escoltado por cazas italianos. Aún se desconoce quién iba a bordo.

Los rumores sobre el destino de Ben Ali y su periplo a bordo del avión han dejado al descubierto que el exmandatario tunecino es ya un visitante incómodo para los países occidentales, pese a haber sido durante años uno de sus socios privilegiados. El éxito de la ola de protestas que se extendieron a lo largo y ancho de Túnez desde el pasado 17 de diciembre, así como la represión ejercida por el régimen de Ben Ali, han dejado la imagen del expresidente tunecino por los suelos y la posible refugio del exmandatario podría provocar duras críticas el país de acogida.

En Francia, la expontencia colonial, el presidente, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro, François Fillon, se reunieron el viernes en el Palacio del Elíseo para abordar la situación que planteaba un posible exilio en su territorio del exmandatario. En un primer momento, el Gobierno francés dijo no tener conocimiento de que el avión de Ben Ali se dirigiera a territorio galo, sin embargo, una fuente policial que pidió anonimato confirmó que se le había negado la entrada. Asimismo, según el diario Le Monde, un avión en el que iba la hija de Ben Ali aterrizó a las 19.30 horas en el aeropuerto de Le Bourget y una segunda aeronave que volaba vacía fue "inivitada a no aterrizar", mientras que una tercera fue desviada al no lograr autorización para aterrizar.