Vitoria. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, volvió a comparecer ayer ante el gran público para explicar las sensaciones que le deja el último comunicado de ETA. Fue su segunda intervención en menos de 24 horas para hablar de esta cuestión lo que, sumado al análisis que hizo el propio presidente español, Jose Luis Rodríguez Zapatero, la noche del mismo lunes, da una idea de la importancia que su Gabinete está dando al control de los mensajes y los tiempos en la nueva coyuntura que se abre tras la declaración del alto el fuego "permanente, general y verificable" de ETA.
Su mensaje no ha variado desde el atentado de Barajas: los pasos los debe dar el MLNV. "Nosotros no nos vamos a mover", zanjó ayer ante las cámaras de Cuatro. Además, escarmentado como todo el equipo de Zapatero por la experiencia más reciente, avisaba de nuevo de que este último comunicado no equivale en absoluto al "fin de ETA" y advertía: "no nos la van a dar con queso".
"remar" más rápido Sin embargo, en su discurso va calando una cierta dosis de esperanza basada, sobre todo, en los "esfuerzos" que ayer reconoció que está haciendo la izquierda abertzale ilegalizada para erradicar la vigencia de toda estrategia violenta del escenario vasco. De hecho, éste fue el argumento en el que el ministro se explayó ayer con más profundidad, quizá forzado por la necesidad de fijar postura ante los rumores de que la antigua Batasuna está a punto de presentar las bases del nuevo proyecto con el que pretende concurrir a las elecciones municipales y forales de primavera.
En este sentido, Rubalcaba admitió ayer que este sector está haciendo verdaderos "esfuerzos" y que está "remando", aunque a su juicio aún no lo hace con la suficiente velocidad para "llegar a la orilla" electoral. Por eso, insistió en exigirle "el esfuerzo máximo" de "romper con ETA" y, en caso de que no lo haga, comprometió su palabra con que no podrá presentarse bajo ninguna fórmula legal. Así, profundizando en esta ronda de metáforas sobre el recorrido que espera ver en la antigua Batasuna y sobre lo que ha visto ya, el doctor Rubalcaba acudió al diccionario de la vieja escuela para calificar el estado actual de este alumno que se resiste a aprobar el examen de la Ley de Partidos con un exiguo "aún tiene que mejorar".
Una vez más, el ministro se vio obligado a marcar distancias con el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, afirmando que, aunque "es legítimo" que algunos piensen que "si Batasuna entra en las instituciones eso hará más irreversible el alto el fuego", él "no cree" que "ésa sea la vía". "La firmeza y la unidad es lo que nos va a llevar al final", concluyó, antes de felicitarse en cualquier caso por que aspectos como que se haya "acabado la extorsión" hacen que estemos "viendo el principio del fin".