MÉXICO ha vuelto a fallar a sus víctimas, las cientos de mujeres mexicanas que diariamente sufren violencia de género, así como a las desaparecidas, torturadas, asesinadas y vejadas que desde 1993 han ensombrecido el nombre de Ciudad Juárez. Las autoridades han tenido a lo largo de este año una oportunidad histórica para resarcir años de desidia y abandono; sin embargo, una vez más, han optado por mirar hacia otro lado y depurar responsabilidades. Esta es la conclusión de organizaciones civiles, la Comisión Especial para los Feminicidios de la Cámara de Diputados mexicana y los abogados que durante ocho años han luchado para que se haga justicia. A un año de la sentencia contra el Estado mexicano por su responsabilidad en el asesinato de tres mujeres de Ciudad Juárez, la primera de este tipo en América Latina, todas las partes dan un categórico "suspenso" a las autoridades de todos los niveles de gobierno: el federal (México), estatal (Chihuahua) y local (Ciudad Juárez).

"A estas alturas, la única justicia que espero es la divina, porque hay falta de voluntad de parte del Gobierno mexicano y de las autoridades de todos los niveles. Están demostrando que no les importan los homicidios y las desapariciones de mujeres y que aquí se pueden seguir violentando los Derechos Humanos", exclamaba Irma Monreal, madre de Esmeralda Herrera (15 años), una de las jóvenes aparecidas muertas en 2001 en una zona de Ciudad Juárez conocida como Campo Algodonero. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) determinó hace exactamente un año que México violó los derechos a la vida, la integridad personal, de acceso a la justicia y a la protección judicial en el caso de Esmeralda Herrera, Claudia Ivette González (19 años) y Laura Berenice Ramos (17 años).

La sentencia, considerada histórica, establecía una serie de obligaciones que las autoridades mexicanas tenían que acatar en el plazo de un año, acciones inmediatas como el pago de una indemnización de 900.000 dólares a las familias, la realización de una disculpa pública, el levantamiento de un memorial en recuerdo a las víctimas, la prestación de servicios médicos, psicológicos y psiquiátricos a los familiares; pero también acciones a medio plazo como la revisión de los protocolos y criterios de investigación en los casos de desapariciones y feminicidios que podrían suponer cambios estructurales en las fiscalías.

Frustración "Tenemos un sentimiento de frustración, porque después de tantos años y del impacto que tuvo la sentencia, la autoridad nos dice que no va a cumplirla", lamenta David Peña, uno de los abogados del caso Campo Algodonero. Otra de las exigencias de la sentencia era abrir nuevas vías de investigación en este caso, ya que aún no se ha detenido a los verdaderos culpables. En un principio fueron señalados dos chóferes, pero se demostró que ambos fueron torturados para confesar. Uno de ellos murió misteriosamente en la cárcel.

Cuando se dio a conocer públicamente el caso de Campo Algodonero, donde en realidad aparecieron ocho cuerpos de mujeres, "México sufría la presión internacional y tenía que resolver el caso. Lo más fácil fue fabricar culpables y asignar arbitrariamente los nombres de los ocho cuerpos", explica Karla Micheel Salas, otra de las abogadas. No se realizó el más mínimo esfuerzo por identificar a las víctimas, hasta que un equipo forense argentino, que viajó a Ciudad Juárez en 2006 a petición de varias organizaciones civiles, resolvió que solo cinco cuerpos correspondían con la identidad que les habían asignado las autoridades. Ante las irregularidades, tres familias presentaron el caso ante la CoIDH en 2002, pero las otras cinco no lo hicieron porque no tenían la certeza de que fueran sus hijas. Ocho años después, la Corte les dio la razón, pero las autoridades se niegan a reabrir el caso.

"El Gobierno de Chihuahua se ha negado a redirigir las investigaciones. Así nos lo dijeron en enero. Entonces, solicitamos al Gobierno federal que atrajera la investigación, pero contestó que el caso no tiene la transcendencia para atraerlo a nivel federal. Así que estamos estancados. El mayor rechazo viene de Chihuahua, pero a nivel federal se está tratando de minimizar el caso, como si no fuera una cuestión de estado, de políticas públicas", se queja Peña. Tampoco se ha iniciado ninguna investigación a funcionarios que cometieron irregularidades.

"A medias" Por el momento, las autoridades han cumplido con dos puntos de la sentencia "y lo han hecho a medias". Es el caso de la publicación del texto íntegro en las web oficiales; el Gobierno federal sí lo ha hecho, pero no el de Chihuahua. Asimismo, la sentencia exigía la creación de una web con información detallada y actualizada de las mujeres desaparecidas desde 1993. "De las 115 mujeres que están en la web, el 70% no tiene fotografía y no se actualiza desde junio", comenta Alma Gómez, del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres de Chihuahua.

A la activista le preocupa especialmente la falta de capacitación en Derechos Humanos de los funcionarios. "El Estado mexicano tenía que haber implementado cursos dirigidos a las personas que reciben las denuncias de violencia familiar o sexual y a los jueces. Sin embargo, diariamente llegan a nuestro centro mujeres que fueron a poner la denuncia y les dijeron que eran chismes, que se fueran a su casa, que no iban sangrando", denuncia Alma.

El viernes, cuando se cumplía un año de la sentencia, los gobiernos local y federal, hicieron un acto "para reconocer la responsabilidad internacional del Estado" y colocar la primera piedra del monumento en memoria de las víctimas. Sin embargo, este homenaje no cumple tampoco con lo que establece la sentencia, ya que no fue ni público ni lo encabezó el gobernador de Chihuahua ni el presidente Felipe Calderón. Asimismo, las familias no han dado el visto bueno al memorial porque el proyecto no está definido.

Y mientras, continúa la sangría en Chihuahua. "Este año, hasta el 4 de noviembre, han muerto 397 mujeres. Cuando en 1993 comenzaron las denuncias de homicidios, era asesinada una mujer cada doce días y este año es asesinada una diariamente", concluye.