Vitoria. Cerrar todas las puertas que la antigua Batasuna pueda intentar cruzar para "sortear" la Ley de Partidos de cara a las próximas elecciones. Ése es el objetivo con el que PP y PSOE encarrilaron ayer en solitario la reforma de la Ley Electoral que pretenden tener en vigor antes del próximo mes de febrero.
El Congreso acogió ayer la ponencia con la que ambos grupos, de la mano del Ministerio del Interior, impulsan esta reforma. En ella, la incontestable mayoría que impone la suma de sus fuerzas dejó sin efecto todas y cada una de las propuestas presentadas por los demás grupos, que intentaban contener el avance de esta reforma, sobre todo en lo relativo a los puntos que formaciones como el PNV, CiU y ERC consideran incluso inconstitucionales.
ampliar los plazos El nuevo texto llegará mañana a la ponencia constitucional, donde todo parece indicar que recibirá también el visto bueno para dirigirse desde ahí al Senado.
Uno de los cambios legales introducidos es el que plantea ampliar los plazos para que los organismos del Estado puedan impugnar las listas que consideren sospechosas de un intento de "sucesión fraudulenta" de las formaciones ilegalizadas, evitando así lo que ha sucedido en anteriores comicios en los que la indefinición sobre la legalidad o no de las candidaturas llegó hasta el corazón de la propia campaña electoral.
Otro, añadido ayer por PP y PSOE, prolonga la capacidad impugnadora a las agrupaciones electorales, un asunto que estaba aún por cerrar.
Socialistas y populares siguen así acelerando esta reforma con la esperanza de que se apruebe en cuanto se retome la actividad parlamentaria, el próximo mes de febrero.