Madrid. Bruselas llevaba días reclamando veladamente más medidas contra la crisis por parte del Gobierno español y ayer Zapatero les contentó. Y les contentó en la línea de aumentar la recaudación del Estado recortando ayudas sociales (eliminará los 426 euros que cobran los casi 600.000 parados de larga duración) y privatizando servicios públicos (la gestión de los dos aeropuertos de El Prat y Barajas con la venta de un 49% de la gestora pública de aeropuertos, Aena; además del 30% del el ente público Loterías y Apuestas del Estado). Este incremento en la caja de recaudación permitirá al Ejecutivo, también en la línea que le demanda Europa, contar con fondos para poder bajar los impuestos a las pymes que, en España y junto a los autónomos, son las responsables del 80% del empleo.

El objetivo, según relató un Zapatero satisfecho por el efecto sorpresa de su plan (lo presentó en el Congreso a dos días de aprobarlo en el Consejo de Ministros y ante la estupefacción del PP), será lograr hasta 14.000 millones de liquidez que se reparten de la siguiente manera: 9.000 millones por la privatización de los aeropuertos, 4.000 por la entrega parcial de las loterías y el resto por la eliminación de las ayudas a los desempleados.

primer pilar

Ayudas a 40.000 pymes

Se amplía el número de empresas que se pueden acoger al tipo reducido del impuesto de sociedades, que tributa al 25%. En cifras, este trato fiscal se ampliará a las pymes que obtengan un beneficio de hasta los 300.000 euros cuando hasta ahora se abarcaba sólo a las que acreditaran 120.000 euros en ganancias. Además, a partir de ahora se amplía la definición de pyme entendiendo por empresa de reducida dimensión aquella que tenga una facturación de hasta diez millones de euros (ahora eran ocho millones). El Gobierno calcula que 40.000 empresas se beneficiarán de esta medida. El objetivo: favorecer la inversión y el empleo.

segundo pilar

600.000 parados sin ayuda

El Programa Extraordinario de Protección por Desempleo e Inserción (PRODI), popularmente conocido como la ayuda de 426 euros para los desempleados de larga duración, concluirá en febrero, en el marco de la nueva regulación de las políticas activas de empleo y las nuevas medidas que en ellas se adopten. En otras palabras: la ayuda monetaria desaparece y, en vez, el Gobierno apuesta por la formación y la implicación personal para sacar del paro a las casi 700.000 personas que en la actualidad cobran la ayuda en el conjunto del país.

El Gobierno lo decora diciendo que a cambio de eliminar el cash, se doblará la plantilla de orientadores de los servicios públicos de empleo. Es decir, los 1.500 orientadores que trabajan para el antiguo INEM desde 2008 se convertirán en 3.000 pese a que su labor queda en entredicho con la duplicación de la tasa de desempleo. Desde los sindicatos denuncian que esto puede ser una operación de maquillaje ya que si se trata de cursillos remunerados, los parados no computarían como tales en las estadísticas.

tercer pilar

13.000 millones por privatizar

Junto a las ayudas a las pymes y los recortes a los parados, el tercer pilar del plan sorpresa de Zapatero es recaudar hasta 13.000 millones de euros extra a través de privatizaciones del sector público. El Gobierno espera lograr 9.000 millones dejando la gestión de los dos aeropuertos más importantes del país, El Prat (Barcelona) y Barajas (Madrid), en manos privadas. La fórmula es crear la sociedad estatal Aena-Aeropuertos para gestionar la red de aeropuertos y los servicios aeroportuarios, dejando entrar capital privado hasta en un 49%.

A esto hay que sumar los 4.000 millones que espera recaudar el Gobierno con privatización del 30% de la sociedad estatal de las loterías y apuestas del Estado.

Conclusión

Día redondo, en principio...

La jornada, a nivel político, le salió redonda a Zapatero por tres factores: dejó descolocado a Rajoy (aprovechó la sesión de control del Gobierno para anunciar éstas y otras medidas), recibió el respaldo de Bruselas (los aplausos fueron unánimes en la CE) y capitalizó el efecto rebote de la bolsa que ayer se disparó un 4,4% en la segunda mayor subida desde el inicio de la crisis. Sin embargo, los efectos del plan aún están por ver en, básicamente, dos frentes: el frente social, es decir la respuesta de los sindicatos a unas medidas que inciden aún más en el modelo neoliberal que se aleja del estado del bienestar; y en el frente financiero, con la deuda por las nubes y el interrogante de si el BCE intervendrá en ese mercado para neutralizar a los especuladores.