madrid. La Comisión Europea acogió ayer positivamente, como no podía ser de otra forma, las nuevas medidas contra la crisis anunciadas por Zapatero al considerar que consolidan las políticas de recuperación del empleo, que siguen la senda de la contención del déficit y que posibilitarán la recuperación de la confianza en la economía española ya que se trata de intervenciones que se pueden cuantificar. Según explicó el portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios del Ejecutivo comunitario, Amadeu Altafaj, "damos la bienvenida a las nuevas medidas concretas, y subrayo los dos conceptos: "nuevas" y "concretas", anunciadas hoy (por ayer) por el Gobierno español, porque confirman la determinación de continuar con la agenda de reformas".
Y es que ese es el verdadero caballo de batalla de Bruselas, es decir, el de lograr que la reforma laboral se asiente y que el Ejecutivo ajuste un sistema de pensiones que a medio plazo se presenta deficitario. El mandatario europeo destacó que España ha tomado ya medidas "significativas" e "importantes" en el último año y, destacó, sobre todo, que el Gobierno ya se ha comprometido "públicamente" a adoptar nuevas reformas "en el corto plazo", en "áreas difíciles" como el sistema de pensiones o la negociación colectiva. En este sentido, Altafaj consideró que los estados miembros afectados por la crisis de la deuda "están tomando las decisiones necesarias, en ocasiones difíciles, para reforzar la confianza en sus economías", por lo que sólo es cuestión de tiempo que la confianza en sus economías regrese a los mercados. José Luis Rodríguez Zapatero, en un gesto significativo ya sea como ejemplificación de responsabilidad o por medidas ocultas, cancelaba ayer su asistencia a la Cumbre Iberoamericana que mañana comienza en Argentina y tampoco realizará el viaje a Bolivia que tenía previsto hacer hoy mismo. La razón formal es que el presidente quiere presidir el Consejo de Ministros en el que se aprobarán el nuevo plan económico anunciado por él mismo ayer dada "la relevancia" del mismo. Algunos medios ya especulaban ayer con la posibilidad de que tal decisión responda a que podría presentar nuevos recortes. Sea como sea, la decisión de Zapatero implica que será la primera vez que el presidente español no esté en esa cumbre.