madrid. Un saharaui, de nombre Brahim Daudi, se ha convertido en la segunda baja civil reconocida por Marruecos tras el desmantelamiento del campamento de protesta de Gdeim Izik y los posteriores disturbios en El Aaiún, informaron fuentes oficiales, que anunciaron también la muerte de un nuevo agente de las fuerzas de seguridad. Con estos dos fallecidos, el balance oficial de víctimas proporcionado por Marruecos asciende a trece personas, de las cuales once son miembros de los cuerpos del orden marroquíes y dos son civiles.
Fuentes hospitalarias indicaron a la agencia oficial marroquí MAP que Daudi murió el jueves por las heridas recibidas durante el desmantelamiento del campamento. Por su parte, fuentes de la wilaya (gobernación) de la capital administrativa del Sahara Occidental, también en manos alauís, informaron de la muerte de un agente marroquí, y señalaron que el fallecido pertenecía al cuerpo de las Fuerzas Auxiliares, sin ofrecer más detalles. Añadieron que el rey Mohamed VI ha anunciado que correrá "personalmente" con los gastos de los entierros de los agentes de las fuerzas de seguridad muertos durante los incidentes.
Genocidio Pero ésta es únicamente la versión marroquí, porque la del Frente Polisario, apoyada por los testimonios de varios españoles que trabajan en El Aaiún como cooperantes, es que Rabat está llevando a cabo un verdadero "genocidio". Desde la ONG Tawra se habla de más de 100 muertos y de la aparición de varias fosas comunes, mientras el Polisario da la cifra de cientos de desaparecidos, 4.500 heridos y 2.000 detenidos.
El testimonio de Isabel Terraza, una de los tres ciudadanos españoles que aún está en El Aaiún, es revelador: "Esto es un exterminio. Están entrando casa por casa torturando a las personas y matándolas".