Bilbao. Los trabajadores de EITB entregaron ayer al lehendakari un comunicado en el que manifiestan el malestar general que vive la redacción, desde que dos trabajadoras fueran amenazadas con un expediente sancionador por Miguel Ángel Idígoras, director de la televisión vasca. Patxi López acudió a la sede de Bilbao para clausurar una jornada denominada Construyendo el futuro de la televisión pública que por la mañana había inaugurado la consejera de Cultura. Ambos, respaldaron el trabajo de la dirección de EITB, "a pesar de que nuestros canales públicos autonómicos vienen recibiendo desde hace meses un continuado varapalo que cuestiona sus fundamentos".
Ayer, se vivió una jornada muy intensa en las sedes de EITB de Bilbao y de Miramon. Dos concentraciones expresaron todo el malestar que las redacciones del ente vienen acumulando durante el último año. Los periodistas han sido apoyados en todo momento por las asambleas de trabajadores celebradas en ambos centros y por la totalidad del comité de empresa. La convocatoria en Bilbao tenía una doble misión que cumplir según los organizadores. Por una parte, protestar por lo que ellos creen una injerencia en las labores profesionales que "atenta contra libertad de expresión en el ejercicio del periodismo". Por otro lado, querían hacer llegar a López un comunicado en el que explicaban las causas que habían llevado a los trabajadores a hacer la concentración.
idígoras no da la cara Desde la seis y media de la tarde, los directivos de EITB mostraban su nerviosismo en el hall de la sede de Bilbao. En el exterior, los trabajadores empezaban a reunirse esperando la llegada del lehendakari, prevista en un principio para las 19.30, ya que llegaba de Galicia. La puntualidad del vuelo permitió a López llegar con cuarenta y cinco minutos de adelanto sobre la hora prevista. Fuera le esperaban el director general, Alberto Surio, el coordinador de las emisoras de radio, Javier Torrontegui, y el director de Relaciones Externas y Estrategia, Patxi Arratibel.
Los tres aguantaron durante diez minutos delante de los concentrados y de las pancartas en las que se pedía el cese de la censura en la línea informativa de ETB. Quien no aguantó la espera fue Miguel Ángel Idígoras, que eludió enfrentarse a los trabajadores y permaneció en el interior de la sede. Choca que no hubiera ningún representante de las cadenas de televisión ni en el hall, ni en el exterior de EITB. El director de la televisión vasca es consciente de que es el objetivo principal de todas las críticas en estos momentos, quizá fue por eso por lo que eligió quedarse en un segundo plano y no salir en la foto
Un trabajador de EITB se acercó al lehendakari y le entregó el comunicado redactado tras la asamblea del martes. López lo recogió, y acto seguido entró en la sede acompañados de sus tres anfitriones para proceder a la clausura del evento.
El comunicado entregado a Patxi López señala que los trabajadores no están dispuestos "a admitir ni los expedientes sancionadores, ni los apercibimientos porque las trabajadoras amenazadas no han cometido ninguna falta y han cumplido con su labor profesional".
Los trabajadores se quejan de que lo que sucedido el lunes, 25 de octubre, no es un hecho aislado, poniendo de manifiesto las tensiones que se viven desde hace un año, cuando Idígoras cesó a dos editoras y dimitieron los jefes de las áreas de Política y Economía.
El comunicado entregado a Patxi López señala que "nadie puede ser obligado a firmar un texto -en el caso de la televisión sería locutar-, que no ha escrito y con el que no está de acuerdo". Esto sucedió cuando Viloria, nuevo responsables de Política en ETB, rechazó el trabajo realizado por una redactora y le quiso imponer el suyo. Critican que se quiera imponer la censura y crear situaciones de miedo que desemboquen en la autocensura.
"Denunciamos la situación de precariedad -señala el comunicado-, de los trabajadores eventuales y vamos a estar muy encima de estos contratos". Tras la negativa de la redactora de plantilla a asumir el texto de Viloria fue otra periodista, en este caso con contrato temporal, la que tuvo que realizar el trabajo por encargo de la editora del informativo de la noche. A Miguel Ángel Idígoras se le recrimina con dureza haber adoptado una postura autoritaria. Por otra parte, se denuncia la amenaza a la redactora que como miembro del consejo de redacción actuó como portavoz de sus compañeros.