Bilbao. El acuerdo es un hecho. El listado de transferencias pendientes merma. El presidente del Euzkadi Buru Batzar, Iñigo Urkullu, y el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, desbloquearon ayer un traspaso que la CAV lleva esperando desde 1988 y que los jeltzales han negociado directamente con el Gobierno español. La transferencia de las políticas activas de empleo, contemplada como un paquete que incluye también tras el acuerdo PNV-PSOE las bonificaciones de las cuotas empresariales, la intermediación laboral -antiguo Inem-, la Formación Profesional, el Instituto Social de la Marina y la Inspección laboral, llegará a Euskadi el 1 de enero de 2011. Lo hará valorada en 472 millones, 172 más de los que el Gabinete López estuvo dispuesto a aceptar. Y con más contenido que lo planteado por el actual Ejecutivo vasco.

La intensidad de las negociaciones que han mantenido en las últimas semanas jeltzales y representantes del Gobierno español siguió ayer. A la una de la tarde, en una reunión prefijada desde el día anterior, los diputados del PNV Josu Erkoreka y Emilio Olabarria recibieron de manos del ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, el secretario de Estado de Política Territorial, Gaspar Zarrías y el portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, la propuesta del Ejecutivo español. Casi de manera simultánea, se producía otro encuentro al más alto nivel, el de Urkullu y Zapatero. El líder jeltzale llegaba a las dos de la tarde a La Moncloa, donde comió con el presidente español. Dos horas y media después, y tras haber contrastado la propuesta con Erkoreka, el presidente del EBB abandonó el palacio.

En lo que podría considerarse como una Ejecutiva Nacional telefónica, Urkullu mantuvo contactos con todos los miembros del EBB, a quienes trasladó la oferta recibida de los socialistas, que analizó también la comisión técnica del partido jeltzale que ha seguido la negociación sobre las políticas activas. Todo este proceso se prolongó hasta media tarde, momento en el que el líder del PNV llamó por teléfono al presidente español para comunicarle el visto bueno a la propuesta negociada. Era el final de una reivindicación que, como recalcó ayer el propio Urkullu, arrancó en 1988. Era el cierre de una negociación que se inició en otoño de 2009, cuando el PNV planteó tres requisitos para los Presupuestos Generales del Estado de 2010. Y era la consecución de un acuerdo "histórico" que se materializará no sólo en una transferencia, sino en varias.

paquete transferencial Porque el paquete transferencial que los jeltzales arrancaron ayer al Gobierno español contempla el traspaso a Euskadi de las funciones, los bienes y el personal de las políticas activas de empleo, incluyendo las bonificaciones de las cuotas empresariales -ésta es una diferencia sustancial con respecto a la transferencia en esta materia de la que ya gozan otras autonomías-. Y de la intermediación laboral, el antiguo Inem, cuyo personal, oficinas y funciones pasarán a manos de la Administración vasca. Y de la Formación Profesional, tanto ocupacional como continua, esto es, tanto la de los trabajadores en activo como la de los parados. Y del Instituto Social de la Marina. Y de la Inspección de Trabajo, que pasará a tener capacidad sancionadora. Además, ayer se acordó que una vez que el Gobierno español cumpla su previsión de reorganizar el Fondo de Garantía Social (Fogasa) atendiendo a la reforma laboral y siguiendo el modelo austríaco, se procederá a su traspaso a la CAV.

Un logro éste que poco tiene que ver con los planteamientos defendidos por el PSE y el Gobierno de Patxi López. Los socialistas vascos estaban dispuestos a aceptar una transferencia valorada en 300 millones. Para los jeltzales eso no era aceptabale. La cuantificación realizada por anteriores Ejecutivos vascos dejaba claro que su coste real era de entre 450 y 480 millones. Esta primera discrepancia entre el PSE y el PNV -como las demás- se saldó ayer a favor de los nacionalistas: 172 millones más que los ofertados a los de López, derivados del cálculo vía Cupo de la transferencia; 172 millones menos a pagar a escote entre todos los vascos.

Se trata, así, de una importante batalla ganada por el PNV frente a un PSE que, pese a haber reivindicado un papel protagonista en el acuerdo, no parece haber intervenido en su diseño. Es más, su argumento de rechazar la inclusión de las bonificaciones empresariales en el traspaso de las políticas activas de empleo porque se rompía la caja única del Estado se cayó ayer, después de que su partido matriz rubricara el pacto con los jeltzales sin la traumática ruptura que auguraban desde el Gabinete López. Aun así, el portavoz socialista en el Congreso aseguró que el PSOE ha mantenido informado de los pasos que se estaban dando al Ejecutivo del PSE.

Sin embargo, Alonso no desveló que se trabaja en la redacción de un texto con el contenido jurídico y económico ya cerrado, que no se modificará en ningún caso, que estará listo en próximos días y en el que el Gobierno de López no participará salvo para estampar su firma en el seno de la Comisión Mixta de Transferencias, como corresponde al protocolo de las transferencias.

primer paso a los pge El de ayer fue también un acuerdo que abrió la puerta a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado para 2011, tal y como recordó ayer Urkullu al comparecer para dar la noticia del logro del acuerdo. "Cerramos 2010. Disposición a hablar de 2011, pero sin nada prefijado. Disposición a hablar y a negociar en profundidad", explicó el líder jeltzale, que subrayó que "hay tiempo para hablar de aquí a cuando se debatan las enmiendas a la totalidad de los PGE. Para la estabilidad política, para la estabilidad institucional, es un tiempo que nadie puede desaprovechar. El PNV no lo va a desaprovechar". Un tiempo en el que el PNV volverá a poner sobre la mesa del Gobierno Zapatero las reivindicaciones de las quince propuestas de resolución que plantearon en el último debate sobre el estado de la nación, celebrado en julio, así como otras cuestiones relacionadas con la austeridad del gasto y el mantenimiento de la inversión o la estabilidad institucional.