DONOSTIA. Parece que el alto el fuego de ETA no ha tenido ningún efecto. La Justicia española ha vuelto a prohibir una manifestación.
La segunda prohibición de la manifestación es una burda provocación e hiriente vulneración de los derechos democráticos más elementales. Tengo la convicción de que esa manifestación, dentro de una semana o dos, se convertirá en una gran demostración de fuerza por parte de Euskal Herria. El PSOE está desquiciado ante la ola de esperanza que se va levantando en nuestro pueblo. Al Estado le falta la razón y le sobra fuerza represiva.
¿El comunicado de ETA es el que esperaban?
Es un comunicado positivo y supone un hito histórico, porque hasta ahora en todos los comunicados de cese de actividad armada había habido un acuerdo previo entre la organización y los gobiernos españoles o con determinados partidos. En este caso, la organización responde a toda una movilización social. A medida que avance el proceso, todos los agentes, incluida ETA, darán nuevos y determinantes pasos.
De alguna manera reconoce que el comunicado es insuficiente.
Nosotros utilizamos el lenguaje que queremos utilizar. Más allá de suficiencias e insuficiencias, nosotros resaltamos el valor que tiene ese comunicado, porque crea unas condiciones de no violencia para poder ir dando pasos en el camino del diálogo y la negociación para hacer un nuevo proceso en el que se respeten los mínimos democráticos.
Tras conocer el alto el fuego, algunos políticos han llegado a decir que no ha cambiado nada. ¿Ha cambiado algo en la izquierda abertzale?
Ha dado confianza y seguridad a todo el espectro político que está apostando por un cambio en base a una estrategia, unos mecanismos por las vías exclusivamente políticas.
¿Había nerviosismo en las bases de la izquierda abertzale ante el silencio de ETA?
Había incertidumbre en la sociedad en general. Aunque ETA ya había dicho varias veces que respaldaba ese proceso democrático, el comunicado ha dado seguridad, tranquilidad y esperanza; ha dado alas para que esos sectores sociales y políticos actúen con más determinación en el camino que se está marcando.
Entonces, ¿quién está al mando del proceso, ETA o la dirección política de la izquierda abertzale?
Está muy claro. En el puesto de mando de este proceso están los 7.000 militantes que debatieron y llegaron a la conclusión que se recoge en el documento Zutik EH.
¿Esta declaración de ETA disipa las especulaciones en torno a la posibilidad de una escisión en el MLNV?
Evidentemente. Es un espaldarazo a toda la sociedad vasca, que ha tomado el timón, el liderazgo de marcar un proceso que lleve a otro escenario político y cuyo punto de partida es conseguir unos mínimos democráticos para Euskal Herria.
Pero sería ingenuo afirmar que no hay personas dentro del MLNV que siguen apostando por la vía militar. El debate interno en la izquierda abertzale fue muy polémico.
Sí, el debate fue complicado. No todos tenemos las mismas vibraciones positivas de cara al futuro. Yo creo que hay gente que tiene miedo a que el Estado bloquee el proceso y nuestra apuesta, pero no hay otra línea en la izquierda abertzale diferente a lo que ha sido mayoritariamente acordado y recogido en el documento Zutik EH. Puede haber sensiblidades diferentes, miedos más o menos fundados... Pero, insisto, la iniciativa de ETA viene a dar un espaldarazo a toda esa línea política.
En otros procesos de paz, como el irlandés, se produjeron acciones armadas incluso con un alto el fuego. ¿Si el Estado español no da ningún paso y la izquierda abertzale sigue ilegalizada, contemplan la posibilidad de que ETA decida volver a cometer atentados?, ¿cuál sería su respuesta?, ¿considerarían disidentes a sus autores?
Nosotros no contemplamos esas situaciones, pero en caso de que se den, y es cierto que estos procesos son muy complejos, analizaremos en cada momento y daremos la respuesta correspondiente, dejando muy claro que nuestro mandato, el mandato recibido por todos los dirigentes de la izquierda abertzale por parte de sus 7000 militantes es que nuestra apuesta es por vías democráticas y políticas porque estamos convencidos de que es el camino más eficaz y donde el Estado es más débil.
Respecto a los nuevos pasos que espera, ¿cree que ETA no dará más pasos hasta que el Estado español legalice a la izquierda abertzale?
ETA ha anunciado que para en su actividad armada sin condiciones. Y, por tanto, no vamos a ser nosotros los que pongamos condiciones para que se den los siguientes pasos. Los siguientes pasos los va a impulsar, como hasta ahora, la sociedad vasca y todos los agentes tenemos que implicarnos para que eso no lleve a un nuevo fracaso. Sabemos que este proceso será duro y difícil, pero estamos convencidos de que es el camino correcto y de que ésta es la buena. No podemos permitir que fracase.
La desconfianza del Gobierno de Zapatero hacia ETA es absoluta. ¿No cree que es comprensible tras el atentado de la T-4?
Sí. Yo creo que la desconfianza mutua es entendible, pero es entendible la desconfianza de la izquierda abertzale para con el PNV, el PNV para con la izquierda abertzale, de ETA para con el Estado y del Estado para con ETA. Evidentemente existe esa desconfianza y si miramos a la historia hay argumentos para entender perfectamente esta desconfianza. Pero también hay argumentos para tener confianza. En ocho meses hemos demostrado que en la clandestinidad 7.000 militantes han acordado apostar exclusivamente por las vías políticas y democráticas.
¿Qué papel debería adoptar el lehendakari en este momento?
En este momento tiene el papel de aguafiestas. Lo primero que tiene que hacer es cambiar de actitud, pasar del no, del no hay esperanza, de que no hay ningún avance, de negar la evidencia incluso, a aceptar la realidad y respestar los hechos, reconocer que en la izquierda abertzale ha habido un debate muy importante. Y más allá de todas las insuficiencias que cada uno puede catalogar de la iniciativa de ETA, que nos encontramos objetivamente en una situación de no violencia. A partir de ahí, debería empezar a proponer soluciones y adoptar una actitud positiva y de aportación.
Si finalmente no pueden participar en las elecciones, ¿están dispuestos a pedir el voto para EA?
No contemplamos otra posibilidad más que estar en las elecciones. Y si no estamos, ya veremos. Rubalcaba cree que puede convertirse en el juez del bien y del mal, pero estamos convencidos de que Madrid no puede mantenerse ante importantes personalidades de Europa en esta actitud de cerrazón, la excusa ya no puede ser ETA.
¿Cómo valora los contactos que han mantenido con el PNV?
El PNV está dubitativo. Parece que tiene miedo al nuevo escenario y a perder espacio electoral si surge un movimiento soberanista que le obligue a solucionar de una vez su dilema, si realmente quiere una estrategia vasca. Yo me pregunto ¿cómo es posible que esté negociando unos presupuestos y que no se plantee en esos presupuestos unos mínimos democráticos para Euskal Herria?
Entenderá la desconfianza y decepción que originó Lizarra-Garazi.
En estos momentos, el PNV tiene miedo a esa confrontación democrática que nosotros planteamos. Madrid no va a ceder por las buenas, no va a ceder hablando sin más. Tiene que haber una presión popular, tiene que haber grandes movilizaciones populares, tiene que haber una postura firme por parte de todos los agentes políticos y sociales de Euskal Herria defendiendo esos mínimos democráticos. Ante eso Madrid no tendrá más remedio que mover ficha. Creemos que ese es un proceso irreversible o que es un proceso que lo vamos a ir haciendo irreversible, entonces ahí está la gran responsabilidad del PNV. El PNV es un elemento clave para que este proceso se haga irreversible. Para que esto salga adelante es fundamental que haya un coliderazgo del PNV y la izquierda abertzale, junto con todos los sectores populares que apuestan por este cambio político.
¿Y el Gobierno de Zapatero, ha mantenido contactos con ETA?
Ese extremo lo desconozco, pero históricamente siempre se han dado. Lo que tiene que haber es menos fariseísmo y más sinceridad ante la sociedad. El que apuesta por dirigir una sociedad es lógico que tenga contactos directos e indirectos.
¿Y cómo ve a Aralar?
También dubitativos. Las bases de Aralar sintonizan perfectamente con la izquierda abertzale (histórica), otra cosa es la dirección.
Última pregunta. ¿Cómo valora los movimientos de presos del verano?
Son sucias maniobras de Rubalcaba. Utiliza políticamente a los presos.