madrid. Un día después de salvar en el Congreso su criticada reforma laboral y a pocos días de una huelga general del 29-S, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró ayer en la Ser que no siente haber traicionado sus principios con la reforma laboral aprobada el jueves por el Congreso, al tiempo que admitió que la huelga general convocada por los sindicatos para el próximo 29 de septiembre le "da respeto", aunque asegura estar "preparado para todo". Zapatero aseguró así mismo que no prevé nuevos recortes sociales ni fiscales, aunque no descartó nuevas reformas parasalir de la crisis.
A la pregunta de si ha traicionado sus principios con una reforma que ha provocado una convocatoria de huelga, Zapatero se mostrado muy seguro: "No siento que haya traicionado mis principios con la reforma laboral". El presidente del Gobierno recordó la necesidad de hacer cambios en un modelo que durante las tres últimas crisis ha llevado a España a la tasa de paro más alta de la UE. Además, el presidente del Gobierno cree que hay que esperar a ver los efectos de la reforma para valorarla, por lo que pidió tiempo a los sindicatos, ya que éstos tardarán en producirse.
Sobre la huelga general del 29 de septiembre, el jefe del Ejecutivo, mostró una vez más su respeto a los sindicatos, a pesar de la discrepancia de opiniones, aunque no ha entendido que CCOO y UGT asuman que la tasa de paro en España duplica la media europea. "Entiendo que discrepen de la reforma laboral, es legítimo, pero entiendo menos que no asuman que tasa de paro en España duplica la media europea", dijo Zapatero, tras defender una reforma que, a su parecer, sitúa a España más cerca de los países europeos.
"No va a hacer falta", señaló Zapatero al ser preguntado por si el Gobierno guarda un plan B de recortes para reducir el déficit al 3% en el año 2013. "No tenemos planificado ningún recorte", aseguró el jefe del Ejecutivo, tras señalar que el ritmo de reducción del déficit "se está cumpliendo" y considerar que lo que hay que hacer ahora es avanzar en las reformas. Según Zapatero, la puesta en marcha del decreto para luchar contra el excesivo déficit, que incluía la rebaja salarial a los funcionarios y la congelación de las pensiones, así como la publicación de las pruebas de estrés a la banca y la aprobación del último capítulo de reformas son algunos de los factores que han puesto de manifiesto que no habrá que aprobar nuevas medidas.
De hecho, algunos de estos factores han permitido que la tensión de la deuda se haya reducido "notablemente" y han permitido que el Tesoro se financie de forma "más razonable" que antes. En este sentido, Zapatero lamenta la "cierta incomprensión" que mostraron los mercados antes del verano, cuando acabaron castigando "exageradamente a España". Con todo, Zapatero cree que los datos disponibles permiten pensar que España está en condiciones de consolidar, aunque lentamente, la senda de la recuperación económica.