BILBAO. Las miradas vuelven a posarse en la izquierda abertzale histórica. Después de que ETA anunciara el domingo su decisión de no llevar a cabo acciones armadas ofensivas, los partidos miran de reojo a la sensibilidad política, que ya expresó ese mismo día, en una rueda de prensa de urgencia, que el pronunciamiento de la organización armada revestía un "valor incuestionable" que, sumado a la apuesta de la izquierda ilegalizada por los medios pacíficos, tornaría en irreversible el proceso democrático. Ayer mismo, el presidente del EBB Iñigo Urkullu conminó al sector político a poner sobre la mesa sus credenciales y "convertir en irreversible la interpretación, por los demás, de su apuesta por las vías exclusivamente políticas y democráticas".

Así se pronunció en una rueda de prensa celebrada ayer en Sabin Etxea en la que consideró que la izquierda abertzale oficial "tiene ahora la oportunidad de poner en práctica, en un pronunciamiento ante ETA, las reflexiones que lleva transmitiendo a la sociedad vasca y a los diversos agentes durante el último año". "El PNV rechaza absolutamente la vuelta atrás a los tiempos de la Declaración de Anoeta, y manifiesta a ETA que no admite ninguna pretensión de tutela política", zanjó.

Precisamente hoy, tras su primera valoración del domingo -sin preguntas-, la izquierda abertzale ofrecerá una rueda de prensa para valorar en profundidad el comunicado de los activistas. Un nuevo pronunciamiento sobre ETA que se suma a precedentes como la apelación al cumplimiento de la Declaración de Bruselas -a favor de un alto el fuego verificable, y a la apertura de un proceso negociador por parte del Gobierno español-, o la respuesta a la muerte del gendarme Jean-Serge Nérin en una acción fortuita, tras la que reclamó a los activistas que se ratificaran en la apuesta exteriorizada a través de un comunicado en enero a favor del proceso democrático. En las últimas semanas, ha situado los actos de kale borroka al margen de su estrategia.

MÁS PASOS Mientras los partidos han navegado entre las aguas del escepticismo y las del optimismo ante las palabras de la izquierda ilegalizada, el último comunicado de ETA ha decantado la balanza, mayoritariamente, a favor de las críticas tras un texto que no cumplía con las peticiones de un alto el fuego verificable exigido por los propios mediadores internacionales. El hecho de que la organización circunscriba sus palabras a dar carta de naturaleza a su decisión de no atentar, sin mencionar plazos, ha provocado que los partidos consideren insuficiente su comunicado. En este sentido, Urkullu consideró que "tras la prosa confusa, ETA esconde su incapacidad para asumir su rotundo fracaso". "Hace ya mucho que sabe que el pueblo vasco, al que pretende defender, le ha dado rotundamente la espalda", sostuvo.

Un análisis en línea con la valoración que hacía pública el domingo el partido jeltzale, que opinó que el comunicado no era el esperado por la sociedad vasca. La pasada jornada, el burukide ahondó en la cuestión para recordar un posicionamiento del PNV de sobra conocido: su defensa de un alto el fuego definitivo. Un requisito que, a juicio del abertzale, también habría de atender la organización si desea que sus palabras resulten creíbles. "El anuncio que la sociedad vasca demanda es el del cese total de su actividad. Cese, tanto de las acciones ofensivas, como de las labores de información sobre posibles objetivos, tareas de aprovisionamiento, cartas de extorsión, amenazas o violencia callejera", recalcó.