Vitoria. El esperado comunicado de ETA llegó como estaba previsto con el arranque del nuevo curso político y con el horizonte de las próximas elecciones municipales y forales en mayo del próximo año. Pero se esperaba algo más de una organización aislada y deslegitimada socialmente y debilitada orgánicamente por el cerco policial y el acoso judicial. La organización armada anunció ayer su decisión de "no llevar a cabo acciones armadas ofensivas" a través de un vídeo facilitado a la cadena británica BBC y a la edición digital del diario Gara.
El anuncio, leído por una mujer encapuchada tocada con txapela, flanqueada por otras dos personas vestidas con la misma indumentaria, incluye también un emplazamiento al Estado español para que abra una negociación para que los ciudadanos vascos "podamos decidir nuestro futuro de forma libre y democrática". De este modo, vuelve a un escenario previo a la Declaración de Anoeta de 2004 que establecía dos carriles, uno político (entre las fuerzas políticas) y otro técnico (entre el Estado y la propia ETA), en el proceso de resolución.
Nuevamente se erige en el garante y dinamizador de un eventual proceso democrático. A este respecto señala que "es tiempo de asumir responsabilidades y de dar pasos firmes en la articulación del proyecto independentista y en el camino de crear las condiciones para construir el proceso democrático". Al contrario que en anteriores declaraciones de cese de actividades, la decisión de no atentar no está sujeta a condiciones o contrapartidas políticas y es unilateral, ya que no exige el cese militar de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
En un comunicado preñado de ambigüedades, ETA elude referirse a un alto el fuego o tregua y también esquiva toda referencia a la duración de su anuncio. Lo único que dice en este sentido es que su decisión de no atentar fue tomada hace "algunos meses", pero no aclara si se trata de un cese permanente, indefinido o definitivo.
sin control internacional Precisamente, el alto el fuego permanente era una de las exigencias realizadas la pasada semana por la izquierda abertzale ilegalizada y Eusko Alkartasuna en el documento enviado a algunos partidos políticos vascos que fue filtrado a los medios de comunicación.
Otra de las demandas que ambas organizaciones integrantes del denominado polo soberanista han realizado a ETA es la verificación internacional del cese de sus actividades armadas. Esta petición también fue planteada en la Declaración de Bruselas firmada por el mediador sudafricano Brian Currin y otras veinte personalidades y organismos internacionales, entre ellos cuatro premios Nobel de la Paz. Ni rastro de este tema en el comunicado de ayer.
Desde algunos sectores se interpreta esta ambigüedad pretendida de ETA como la manera para insuflar oxígeno a la izquierda abertzale ilegalizada, mientras gana tiempo para poner orden en su casa, enfrascado en un duro pulso entre quienes apostarían por dar por terminada la lucha armada y los que abogan por su continuidad.
Las reacciones al anuncio fueron variadas y, encontradas, en algunos casos, aunque la gran mayoría de las instituciones y formaciones políticas coincidieron ayer en considerar como "insuficiente" la declaración de ETA. Desde los Gobiernos Vasco y español, así como desde el Partido Socialista y el PP, el anuncio fue recibido con gran escepticismo. Sus reflexiones en público abrazan el argumento de la tregua trampa o táctica para permitir a la antigua Batasuna poder presentarse a las elecciones dentro de nueve meses.
Entre las formaciones abertzales, el PNV deja para hoy su valoración definitiva, aunque ya avanzó que no es la respuesta que la sociedad esperaba de ETA. También desde Aralar se considera insuficiente el anuncio, aunque valora el comunicado.
El foco principal de atención estuvo centrado en las valoraciones de Eusko Alkartasuna y, sobre todo, de la izquierda abertzale tradicional. Ambas organizaciones coincidieron en valorarlo como un paso adelante y emplazaron a los gobiernos a que respondan con responsabilidad.