vitoria. La cuestión de los presos siempre ha tenido un peso específico en los procesos de paz iniciados hasta el momento. Y prueba de ello es que los últimos movimientos de reclusos realizados por el Ministerio de Interior se han interpretado en muchos sectores políticos y sociales como una señal de que algo se estaba moviendo entre el Estado y ETA. En su documento de agosto de 2009, ésta es también una materia que se aborda de forma específica y desde una nueva visión, un replanteamiento basado en experiencias precedentes y que sitúa la excarcelación de una parte de los presos -los que hayan cumplido las tres cuartas partes de la condena, aquellos a los que se ha aplicado la doctrina Parot, los enfermos y los procesados de macrojuicios- en la fase larvaria del proceso.
ETA optaba por "reformular" la cuestión de los presos sentando las bases de una excarcelación progresiva y de cuya negociación excluía a aquellos que han dejado de formar parte del EPPK (Euskal Preso Politikoen Kolektiboa-Colectivo de Presos Políticos Vascos), es decir, de aquellos que hubieran abandonado la disciplina de la organización armada. Es más, en el documento al que ha tenido acceso DNA añadía que se mostraría contraria a que las personas que habían abandonado ese colectivo fueran puestas en libertad antes que los miembros del EPPK.
"Calendario" Así, determinaba una especie de calendario para realizar esa excarcelación progresiva. Los primeros en salir deberían ser, según el criterio plasmado en su documento de agosto de 2009, los ya mencionados. Y deberían hacerlo, según se explicitaba, en el umbral del proceso o "preparación preliminar del mismo", en el que se desarrollaría la "implementación de mínimos democráticos". Una vez superado ese arranque del proceso, ETA planteaba que deberían salir a la calle primero los reclusos que lleven más de veinte años encarcelados y, posteriormente, los que lleven más de quince años en prisión.
La organización armada planificaba la excarcelación del resto de los presos a lo largo de los cinco años siguientes.
Este planteamiento respondería, según se recoge en el documento interno del año pasado, a una reflexión en torno a lo que ha sido la cuestión de los presos en otros procesos anteriores y a la constatación de que, dado que el nuevo proceso que planteaba este informe podría dilatarse en el tiempo, la excarcelación de los reclusos no podía posponerse hasta el final del mismo. Por una razón: "Teniendo el enemigo en sus manos a secuestrados políticos, el alargamiento del proceso, en vez de ponerse a nuestro favor, se fortalece como elemento condicionante".
La línea argumental que expresaba la organización armada iba también en el sentido del rendimiento político que podría sacar la izquierda abertzale de una salida progresiva de los reclusos: "La excarcelación de los presos puede ser un activo político para la Izquierda Abertzale si se dan pasos para capitalizarlo y si se integra como triunfo". Y también hacía referencia a las situaciones personales de aquellos que más tiempo llevan prisioneros, asegurando que "algunos secuestros son muy dolorosos y extremos".