Las Palmas. Los once activistas canarios que fueron retenidos en comisaría el pasado fin de semana en El Aaiún, como consecuencia de una manifestación pacífica en favor de los derechos del pueblo saharaui (otros tres ya habían sido retenidos antes de la marcha), denunciarán a la Policía marroquí por las agresiones sufridas y presentarán un parte de lesiones como prueba de los hechos.
Así lo puso de manifiesto la activista e integrante de SaharAcciones Carmen Roger a su llegada al aeropuerto Tenerife Norte, donde fue recibida junto al resto de sus compañeros por un centenar de personas que portaban banderas del Frente Polisario y coreaban gritos en favor de un Sahara libre y en contra del Gobierno de Marruecos.
En declaraciones a los medios, Roger anunció que presentaría esta denuncia tras acudir a un centro hospitalario de la isla para ser sometida a un reconocimiento médico y obtener el correspondiente parte de lesiones que sería presentado ante la Policía Nacional, mientras que han dejado en manos de sus abogados la posibilidad de acudir a los juzgados.
Roger insistió en que los agresores "eran policías disfrazados de paisano; lo sabemos porque luego los vimos en comisaría, no es que nadie nos lo contara". Según ella, en la comisaría "no había nadie que tuviera un uniforme, todos iban de paisano".
una acción de civiles Frente a esta versión, la prensa marroquí apuntaba ayer que los agresores eran "ciudadanos y activistas de la sociedad civil". Asimismo, los principales rotativos marroquíes coincidían en sostener que fue la intervención policial la que impidió que los españoles sufrieran más daños.
El propio Gobierno de Marruecos aseguró ayer que "dará al Ejecutivo español las explicaciones que haga falta". El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo ayer que el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, había pedido al secretario de Estado de Asuntos Exteriores que recabara las explicaciones oportunas.
El portavoz del Gobierno marroquí, Jalid Naciri, calificó lo sucedido como una "provocación" por parte de los activistas españoles. "Si nos piden explicaciones, las daremos, porque somos un país responsable", dijo Naciri, al tiempo que transmitió una pregunta a las ONG españolas prosaharauis: "¿Cuál sería su opinión si organizaciones marroquíes entrasen en España para reivindicar la independencia del País Vasco?". "Se trata de españoles que entraron como turistas, no como activistas, y los acogimos como hermanos. Súbitamente, se convirtieron en activistas del Polisario, con camisetas de "Sahara Libre", banderas...", indicó Naciri, quien agregó que esto despertó la "cólera legítima y espontánea de la población" y condujo al "altercado". El también ministro de Comunicación aseguró que "la Policía no les golpeó, contrariamente a la versión de los españoles, sino que les protegió".
Respecto a los orígenes del altercado, el portavoz apuntó hacia "medios hostiles a Marruecos en España, furiosos por el éxito de la visita de (el ministro español del Interior, Alfredo Pérez) Rubalcaba, y el final exitoso del conflicto en torno a Melilla".
Los activistas, que llegaron al Puerto de La Luz y de Las Palmas de la capital grancanaria en un barco de la línea Naviera Armas en torno a las ocho y media de la mañana, hora local, aseguraron que la represión "brutal" que han sufrido refleja la que Marruecos ejerce a diario sobre los saharauis.
Carmen Roger, que mostraba los efectos de varios golpes en el cara, manifestó a los medios de comunicación que "todo lo que nosotros hicimos está permitido en el derecho internacional" y "Marruecos no es propietaria de aquel territorio".
Roger dijo que encontrarse bien, "con un ánimo muy alto por poder ayudar a que se visualice lo que pasa en el Sahara Occidental".
Explicó que fue atendida en un hospital donde coincidió con mujeres y niños que, según dijo, tampoco son respetados por la Policía marroquí, y añadió que los agentes le retuvieron la receta, por lo que no pudo conseguir los medicamentos.