Nueva Delhi. La India decidió aumentar sus fuerzas en Cachemira en un intento de controlar la ola de violencia que se ha apoderado del valle Cachemira, donde 43 personas han muerto en protestas desde el pasado viernes, cuatro de ellas ayer.

Atendiendo a la petición que hizo el lunes el jefe de Gobierno cachemir, Omar Abdulá, el Ejecutivo central resolvió enviar 1.900 efectivos de sus fuerzas de seguridad al estado norteño, que llegarán a él en uno o dos días, dijeron fuentes oficiales citadas por la agencia PTI.

Además, otros 3.200 efectivos destacados dentro del estado serán desplazados al valle de Cachemira, epicentro de las protestas que comenzaron a mediados de junio y que se han tornado más virulentas en los últimos días.

La intensidad de las manifestaciones ya llevó al Ejército acantonado en Cachemira a desplegarse el mes pasado (cuando hubo una quincena de muertos), pero su presencia más visible no ha sido suficiente para contener los ánimos.

Grupos de manifestantes desafiaron ayer de nuevo el toque de queda y se enfrentaron a pedradas con las fuerzas de seguridad en varios puntos de la capital estival, Srinagar, donde transcurrió otro día de escuelas, bancos, instituciones y negocios cerrados.

Tres jóvenes fallecieron por disparos de la Policía que pretendía "poner la situación bajo control" en Srinagar, mientras una cuarta persona murió en circunstancias similares en Kulgam, según fuentes policiales citadas por la agencia IANS.

Otras cinco personas resultaron heridas en los choques registrados en varias localidades del valle, donde se concentra la población musulmana mayoritaria.

Cachemira es un estado que la India y Pakistán se disputan desde 1947, año de su independencia, y ha motivado dos guerras (1948 y 1965) entre las dos potencias.