vitoria. Agosto se echa encima y el borrador de la Ley Municipal sigue inconcluso en las dependencias del Gobierno Vasco. La complejidad de un texto que no sólo ha de poner de acuerdo a los partidos, sino también a las instituciones, ha generado continuos retrasos, primero en Eudel, después en Lehendakaritza, que han dado al traste con los planes de Patxi López de aprobar la norma antes de que finalice este mes. A día de hoy la previsión más optimista que maneja el Gobierno es la de remitir el texto al Parlamento Vasco a finales de septiembre.
Todo dependerá del tiempo que le lleve a la COJUA, la Comisión Jurídica Asesora, analizar la adecuación jurídica del texto que presente el Gobierno. Tiene dos meses para hacerlo, y según fuentes de Lehendakaritza es muy probable que los letrados agoten los plazos, dado lo especial de una ley pendiente desde hace tres décadas.
Se trata de un texto que redistribuirá las competencias de las diferentes administraciones. Prueba de las dificultades que entraña es el hecho de que el intento del Gobierno de Juan José Ibarretxe de aprobar de una vez por todas la Ley fue paralizado por las diputaciones de Álava y Gipuzkoa, del mismo color político que aquel Ejecutivo, en la comisión arbitral.
Así, "en el caso más favorable", señala el Gobierno, el Proyecto de Ley se registrará en la Cámara dentro de tres meses. A 29 de junio aún no ha finalizado la redacción del borrador, que se trata de ajustar lo más fielmente posible al documento de bases aprobado por PNV y PSE en el seno de Eudel. Lakua espera entregarlo en los próximos días a las diputaciones, los ayuntamientos, el Consejo Económico Social o Emakunde, los organismos externos que han de realizar sus aportaciones -tendrán veinte días para hacerlo- al texto del Gobierno. Una previsión muy optimista ubicaría el documento de nuevo en Lehendakaritza a finales de julio, y de ahí se remitiría a la Oficina de Control Económico y a la COJUA. Agosto es inhábil.
El Gobierno debe hilar muy fino para fijar las competencias de los ayuntamientos, dotarles de financiación y llevar a los alcaldes al Consejo Vasco de Finanzas sin chocar con los intereses de las diputaciones forales. El borrador ha de presentarse a la COJUA perfectamente trabajado, pues si este organismo pusiera algún reparo al texto habría que reelaborarlo de nuevo y el proceso se dilataría aún más. El lehendakari asumió hace tiempo, y así lo aseguró en el Parlamento, que no aprobará en plazo una ley de la que Lakua hizo bandera cuando presentó su calendario legislativo, y que los plazos autoimpuestos han vuelto en su contra. Ahora se trata de aprobar el texto antes de que finalice el año, o de lo contrario la precampaña distorsionará el debate y bloqueará de nuevo la tramitación. En todo caso, casi nadie cuenta ya con que haya Ley Municipal antes de un año.