¿Cómo recuerda aquel 28 de junio?

Como el día en que se rompió el orden democrático, el día en el que hicieron que el pueblo saliera a las calles a protestar por el brutal golpe de Estado militar, por los asesinatos, por los crímenes. Ahora estamos yendo por los barrios, de casa en casa, reuniendo firmas para la declaración soberana por la Asamblea Constituyente y el retorno incondicional de Manuel Zelaya Rosales con plenos poderes civiles y políticos.

¿Para qué la declaración soberana?

Las declaraciones soberanas no son para entregarlas, ésta son para acreditar la fuerza del pueblo exigiendo una nueva Constitución. Llevamos ya más de medio millón de firmas.

En Honduras se eligió un nuevo presidente, Porfirio Lobo, sin embargo, continúan las denuncias de violaciones a los derechos humanos. ¿Cuál es la situación del país?

Hace unos días han asesinado a un compañero miembro de la resistencia, Roland Valenzuela, funcionario de la administración del presidente Zelaya. Hay un clima de inseguridad, de impunidad, de calamidad económica. No hay condiciones de flujo comercial. Jueces, fiscales fueron despedidos. La única solución alternativa es un pacto social, una nueva Asamblea Nacional Constituyente que nos permita establecer un nueve contrato social. En estos momento, el pueblo no quiere esta oligarquía que succiona todos los recursos, que tiene todos nuestro recursos hídricos, eléctricos, las minas. Cada vez se enriquece más un reducido número de diez familias y millones están en la pobreza. Necesitamos una reforma agraria integral. Necesitamos un nuevo pacto, un nuevo convenio, una nueva Constitución.

¿Siente que la comunidad internacional da por superado el conflicto?

Hay una política de Estados Unidos de blanquear el golpe de Estado, sin embargo, hay muchos pueblos latinoamericanos que están defendiendo la soberanía de Honduras. No podemos hacer borrón y cuenta nueva y olvidar los más de cien asesinatos, las torturas y los vejámenes, las mujeres violadas, los niños sin padres, esas madres que ya no tienen a sus hijos en sus casa porque fueron asesinados. ¿Dónde quedaron la justicia y los derechos humanos? Lo que pedimos es justicia, ni olvido ni perdón a los crímenes. Esperamos que Europa adopte las posiciones necesarias para restaurar la democracia. Le pedimos a la comunidad internacional que los crímenes no queden en la impunidad.

¿Cómo vio la visita de Porfirio Lobo a Madrid?

Las dificultades que vive España han hecho que el presidente Zapatero, que había tomado una actitud firme y crítica, ablandara su posición, vemos una variación en la política que ha venido teniendo España. Le pedimos a la Unión Europea que respalde la posición del pueblo hondureño, representada por el Frente Nacional de Resistencia Popular, que estamos pidiendo que se actúe contra el golpe de Estado. Hay personalidades que apoyaron el golpe aún en la estructura militar e institucional, por eso no respaldamos la posición del presidente Zapatero de recibir a Lobo sin exigir restaurar la democracia y el respeto a los derechos humanos.

¿Volverá Honduras a la OEA?

Se ha establecido que una comisión venga a verificar la existencia de la estructura del golpe, verificar que el pueblo sigue en resistencia, verificar que seguimos en las calles. Hay un pueblo pidiendo una Constitución y la comisión viene a Honduras a ver estos extremos. Estamos esperando que el informe que envíe a la OEA sea solicitar que se restaure la institucionalidad en Honduras, que se restaure la democracia, que se apliquen los procesos de la justicia y que se respeten los derechos humanos.