moscú. La presidenta interina de Kirguizistán, Rosa Otunbayeva, visitó ayer la ciudad de Osh, donde las últimas semanas ha habido choques étnicos, entre kirguisos y uzbekos, que han dejado cerca de 2.000 muertos, y prometió que las autoridades harán todo por reconstruir ese 70% perdido. "Cueste lo que cueste, reconstruiremos Osh, para que la gente vuelva a sus hogares", dijo Otunbayeva, citada por la agencia rusa Interfax.
Aunque el Ministerio de Sanidad ha informado de 191 muertes confirmadas por la ola de violencia, la propia Otunbayeva declaraba que la cifra real es varias veces más elevada. De acuerdo con las tradiciones del lugar, los muertos son enterrados inmediatamente, antes del atardecer. "Sin duda, los muertos son más... Yo multiplicaría por diez las cifras oficiales", dijo Otunbayeva en una entrevista publicada por el diario ruso Kommersant al.
Tras visitar a los heridos, Otunbayeva se reunió con un grupo de mujeres a las que prometió que un par de días serán levantadas las barricadas que mantienen aislados varios barrios donde viven.